En mi última temporada de exámenes, algunos compañeros me instaron a escribir sobre el tema de las bebidas energéticas (Red bull ®, Burn ®, Monster ®, etc), para informarse sobre si son “tan malas” como dicen. En su día escribí sobre porque son “malos” los refrescos o bebidas energéticas, a consecuencia del azúcar que llevan, la fructosa, que consumido durante demasiado tiempo puede llegar a “atontar”. Hoy nos centraremos más específicamente en las bebidas energéticas para saber que otras consecuencias existen a causa de su consumo durante un tiempo excesivo.
Como sabéis, las bebidas energéticas sirven para darnos un “chute” de energía en los momentos necesarios (su propio nombre lo indica). Para ello contienen una serie de sustancias como la cafeína o la taurina. Aunque corre aún el bulo de que la taurina es “semen de toro” (por favor, ¿estamos locos?), no es así, sino que es un aminoácido que se encuentra en carnes, pescado y hasta en la leche materna. La función de la taurina es mejorar las funciones neurológicas y equilibrar el agua y sales minerales en sangre. Sus efectos a largo plazo son desconocidos. Además de estas sustancias, también podremos encontrar diversas vitaminas del grupo B, cuya finalidad es mejorar la función muscular y aumentar las tasas metabólicas, tanto en el sistema nervioso como en otros sistemas corporales. Finalmente, y como ya sabréis, contienen elevadas cantidades de azúcar, que funciona como “energía inicial”.
¿Qué puntos positivos tienen las bebidas energéticas?
Impulso energético:
No requiere mayor explicación. Como tales, estas bebidas sirven exactamente para eso, para ofrecernos un impulso energético, tanto psicológico como físico, cuando más lo necesitamos. Mejorará nuestro estado mental y físico, y suelen ser usadas por los atletas antes de hacer ejercicio en días largos y cansados.
¿Qué puntos negativos tienen las bebidas energéticas?
Aquí nos extenderemos un poco más. Parece ser que hay bastantes puntos en contra.
Aumento de peso:
Como buen producto sobrecargado de azúcar, las bebidas energéticas consumidas en exceso y a largo plazo pueden dar lugar a un aumento de peso, ya que son una auténtica bomba calórica. Por tanto, deben ser consumidas solo de forma ocasional cuando estemos faltos de energía, y no de forma continuada.
Daño cardíaco:
Se ha demostrado medicamente que, ante una sobredosis de este tipo de bebidas, se puede llegar a estados de hipertensión arterial, alteración del ritmo cardíaco, palpitaciones y dolor torácico. Finalmente, y solo en algunos casos, pueden llegar a producirse un ataque al corazón o infarto.
Daño del sistema nervioso:
Si se toman de forma puntual, las bebidas energéticas pueden ayudar a aumentar la agudeza mental. Pero, tomadas de forma regular, la sobredosis de cafeína puede causar temblores de dedos o espasmos inexplicables. Incluso se puede ver afectado el patrón del sueño, dando lugar a dificultad para dormir o a levantarse varias veces por la noche. Además, puede dar lugar a ansiedad, nerviosismo o irritabilidad.
Sobrecarga hormonal:
Cuando consumismos bebidas energéticas, su elevado nivel de cafeína, azúcares y otras sustancias provoca que el cuerpo intente metabolizarlas todas a la vez. Este proceso de metabolismo libera gran cantidad de hormonas del estrés que, a largo plazo, puede dar lugar a trastornos metabólicos u otras enfermedades.
Adicción:
Como muchas otras cosas, y teniendo en cuenta la cafeína y el azúcar (sustancias susceptibles de adicción), estas bebidas consumidas diariamente pueden dar lugar a un habito adictivo, provocando los clásicos síntomas de síndrome de abstinencia si se dejan de tomar (dolor de cabeza, irritabilidad, cambios de humor…).
Peligros de mezclar con alcohol:
Este peligro es de los más conocidos, ya que el alcohol es una bebida depresora, y las bebidas energéticas son estimulantes. La mezcla, por tanto, no puede acabar bien. Producimos a nuestro cuerpo una extrema tensión, ya que este intenta equilibrar los efectos opuestos. Esta tensión puede llegar a producir un ataque cardíaco y, demasiadas veces, puede conducir a la hospitalización.
Para finalizar, debemos recordar que los excesos, de cualquier cosa, son perjudiciales para nuestra salud. Todo debe ser consumido con moderación, incluido estas bebidas. Es más saludable decantarse por el té o el café, ya que sus efectos a largo plazo son conocidos y tolerables (si no nos pasamos demasiado), pero los efectos a largo plazo de las bebidas energéticas son desconocidos actualmente. Mucho cuidado.
Vía: Suite101.