¡Ay, sangre sintética! ¿El elixir de la eterna juventud? Bueno, no seamos tan exagerados, digamos que llegar a conseguir fabricarla nos hará un gran favor en el momento de necesidad (si, los donantes de sangre escasean, ya sea por falta de altruismo o porque te dan mareos cuando donas y eso te traumatiza para posteriores donaciones, como me pasa a mi). Pero claro, si ya es complicado fabricar órganos artificiales, imaginaos fabricar un líquido tan similar a la sangre real, evitando las reacciones de nuestro sistema inmune y otros tantos obstáculos… ¿Es posible? Para un grupo de científicos del Reino Unido parece que, al menos, está un poco más cerca de ser real.
Os hablo de los investigadores del Centro Escocés de Medicina Regenerativa, los cuales obtuvieron hace un mes el permiso para desarrollar sangre sintética a partir de células madre adultas, lo que conlleva poder evitar las reacciones típicas que puede acarrear una donación de sangre actual (infecciones transmitidas por la sangre donada, reacciones inmunes del cuerpo receptor, anemias post-donación, y un largo etcétera).
Pero el estudio no viene de nuevas, ya que intentar fabricar sangre artificial ha costado décadas de investigaciones, y también sus consecuentes pruebas en otros animales, hasta llegar a las pruebas actuales con seres humanos.
Para conseguirlo, el Centro Escocés de Medicina Regenerativa producirá sangre artificial mediante células madre pluripotentes inducidas (células madre que serán “obligadas” a transformarse en células sanguíneas). Para ello serán necesarias, evidentemente, donaciones de células madre, por las cuales se pagará a los respectivos donantes:
“La mayoría de los ensayos clínicos ofrecen algún tipo de compensación. Ellos no lo llaman pago, sino que lo consideran una remuneración para compensar la carga de participar. Eso significa que, en su mayor parte, las personas que son favorecidos no están participando. Las personas que se inscriben en los sitios web de los ensayos clínicos son a menudo gente de clase trabajadora”.
Esta “compensación” se encuentra alrededor de los 15.000 o 20.000 dólares por la participación en los ensayos clínicos. Por este montante los participantes están dispuestos a asumir los posibles riesgos de los ensayos, aunque no tienen porque darse, pero son posibles.
Finalmente, está el problema de la propiedad de esta sangre. Como ya sabréis, hace unos días se habló en varios periódicos de como en Estados Unidos había salido una resolución a favor de que el ADN no fuera propiedad intelectual de ninguna empresa, es decir, no podrá ser patentado. Por una parte puede ser factible patentar algo que has inventado, pero por otra existen ciertos descubrimientos (como este) que deberían ser propiedad de toda la humanidad, pues su patente a cargo de una empresa particular puede obstaculizar todas las futuras investigaciones por parte de terceros. En definitiva, frenar el avance de la ciencia a costa del dinero.
Estaremos atentos a los acontecimientos, y esperemos que se siga avanzando en la fabricación de esta nueva sangre (y se pueda seguir investigando convenientemente, sin problemas de patentes).
Vía | Wired+.