Desde que escribimos este blog, habréis notado lo complejas y diferentes que pueden ser muchas enfermedades a nivel cerebral. Y no solo eso, sino que también existen diferencias sustanciales entre un cerebro de un individuo joven o de un individuo anciano. Las conexiones cerebrales, las sinapsis, van cambiando con los años, formando un entramado celular que puede ser maravilloso si le damos un poco de color.
Eso es lo que han querido demostrar los investigadores de Edimburgo, los cuales han creado una serie de imágenes caleidoscópicas a base de mezclar imágenes de resonancia magnética, imágenes microscópicas y otras pruebas de neuroimagen como la resonancia magnética funcional o las capturas de actividad eléctrica neuronal. Todas estas imágenes se exponen este mes en la Plaza San Andrés de dicha ciudad, y la verdad es que no tienen ningún desperdicio. Sufrir un trastorno neurológico no es algo “bonito“, pero las imágenes que han querido enseñarnos estos científicos lo son, con mucha diferencia.
Imágenes de trastornos cerebrales a todo color
El nombre que ha recibido la exposición es “The Brain Is Wider Than The Sky” (“El cerebro es más extenso que el cielo”), y la verdad es que es una denominación que va como anillo al dedo.
Algunos de los ejemplos que se pueden ver en esta exposición son imágenes cerebrales muy detalladas de las conexiones neuronales de un recién nacido mientras duerme, un anciano de setenta años, o de algunos trastornos neurológicos como el autismo.
Mientras se realizaba la investigación que dio lugar a estas imágenes que perfectamente podrían pasar como cuadros impresionistas, se vio que tanto el autismo como la discapacidad intelectual (ligados al cromosoma X), son más frecuentes en hombres que en mujeres.
Por otra parte tenemos la gran belleza de las conexiones neuronales que, a gran escala, son impresionantes.
Y aquí mismo os dejamos una imagen que os prometo que procede de una zona cerebral, aunque perfectamente podría confundirse con una fotografía del telescopio Hubble.
Finalmente, en esta última imagen se puede ver la clara diferencia que existe entre las señales eléctricas de un cerebro sano y de un cerebro afectado con el síndrome de X frágil, la forma hereditaria más común de autismo.
Vía | Daily Mail.