Detrás de un nombre tan aparentemente común como “Jaula de Faraday” se esconde uno de los efectos más útiles en el mundo científico: nos permite fabricar recipientes (no tienen porqué ser jaulas, al contrario de lo que indica su apelativo) que consiguen que su interior quede aislado de los campos eléctricos que provienen del exterior. Y aunque pueda parecer algo sin muchas aplicaciones, algunos de sus usos son indispensables en nuestro día a día, como proteger objetos de tormentas eléctricas o de interferencias no deseadas. No obstante, también tienen un uso que si bien no es tan usado de forma cotidiana, puede resultar útil en ciertas ocasiones: aislar un objeto de las ondas electromagnéticas de nuestro entorno, como pueden ser las usadas para transmitir la señal de Internet o de telefonía.
A muchos os sonará el nombre de Edward Snowden: el estadounidense que ha destapado la red de espionaje que lleva a cabo el gobierno estadounidense a través del programa PRISM (de la que podéis encontrar información en este artículo de Omicrono). Tras ello, se ha convertido en una de las personas más buscadas por el gobierno de EEUU, hasta el punto en el que ha tenido que ocultarse en diversos países en los que no existe extradición hacia allí (como China) y solicitar asilo a países como Venezuela, Cuba o Ecuador, como ya hiciera en su día el también buscado Julian Assange, fnudador de Wikileaks.
Es normal pensar que una persona a la que un organismo tan poderoso e influyente tiene tantas ganas de encontrar tendrá pinchadas sus vías de comunicación (móviles, correo postal y electrónico…) y las de las personas que puedan tener relación con él. Y muchos medios de comunicación, algunos de la talla de ABC o El Mundo, se han hecho eco de la supuesta forma que Snowden conseguía burlar estos intentos de espiarle: mediante nada más y nada menos que una jaula de Faraday. Y no una cualquiera: sino su propia nevera. Pero, ¿realmente es esto posible? ¿De verdad una nevera es una Jaula de Faraday segura? ¡No te pierdas este artículo si quieres saberlo?
Antes de desmentir o confirmar nada, es mejor dejar claro qué es una Jaula de Faraday y cómo funciona exactamente:
Jaula de Faraday es el nombre que recibe un efecto descubierto por Michael Faraday (sobre el que podéis leer más en este artículo de hace unos meses). Se basa fundamentalmente en el hecho de que en el interior de un conductor cerrado en equilibrio electrostático el campo eléctrico siempre será nulo, y por tanto no habrá cargas en su interior. Donde sí puede haberlas (y de hecho las habrá) es en su superficie.
Intentaré explicarlo sin entrar demasiado en ecuaciones y teoremas: el hecho de que el conductor esté en equilibrio significa que las cargas estarán en reposo, es decir, no se moverán. Un campo eléctrico provoca que las cargas a las que afecta se desplacen, ya que se trata de una fuerza que se aplica sobre ellas (como si fuera un campo gravitatorio y habláramos de objetos con masa). Por tanto, si las cargas no se desplazan, es porque ningún campo eléctrico actúa sobre ellas, lo que quiere decir que no existe ningún campo eléctrico. De la misma forma, dado que el campo eléctrico lo forman partículas con carga, el hecho de que el campo sea nulo significa que no hay ninguna carga que lo forme, es decir, las cargas son nulas en el interior del conductor. Por lo tanto, toda la carga que dicho conductor tenga se acumulará en su superficie.
Esto seguirá siendo así aunque apliquemos un campo eléctrico exterior. ¿Qué quiere decir esto? Que si un conductor en equilibrio se ve influenciado por un campo eléctrico que provenga del exterior, toda la carga eléctrica se quedará en su superficie sin entrar en el interior, aislando todo lo que allí dentro haya.
Las Jaulas de Faraday tienen muchísimas aplicaciones, como por ejemplo en los circuitos de cualquier aparato eléctrico (los componentes más sensibles se encierran en jaulas de Faraday para que no los estropeen campos externos) o en cables coaxiales (que protegen de interferencias la señal eléctricas. Esto es también la explicación de porqué, si un rayo golpeara a un avión en pleno vuelo, los pasajeros estarían completamente a salvo.
Como os he explicado al principio, muchos medios de comunicación se hacían eco de que Edward Snowden supuestamente utilizaba su nevera para aislar su móvil y el de sus invitados de posibles intentos de ser localizados, aprovechándose de las propiedades que esta podía tener como Jaula de Faraday. Pero, ¿realmente es esto posible?
Por una parte, esto podría tener parte de lógica: muchas de las neveras actuales están formadas de materiales conductores, como el acero inoxidable y obviamente también son un recinto cerrado, puesto que sino el frío saldría al exterior y no serviría de nada todo el consumo de electricidad. Así que, en teoría, cumplen todos los requisitos para ser una Jaula de Faraday, ¿no?
Pues no. Porque, aunque a simple vista no lo parezca y no nos demos cuenta, hay una pequeña cosa que no hemos tenido en cuenta. Una nevera no es un elemento conductor completamente cerrado: la puerta está separada de lo que viene siendo el frigorífico, y además, por una capa que suele ser de plástico, un material que no es ni mucho menos conductor. Esto es suficiente como para que la nevera no funcione como una Jaula de Faraday perfecta, y permita que los campos eléctricos del exterior penetren en su interior, por lo que un móvil situado en el interior de una nevera sí tendrá cobertura y sí podría ser localizable. Esto nos indica que, o bien Snowden tenía una nevera muy especial, o bien no tenía ni idea de Jaulas de Faraday, o bien que la historia sobre su nevera es un bulo. Y yo, personalmente, me decantaría por la tercera. Porque, actuando con lógica y sabiendo un poco del tema, es posible construir una Jaula mucho más fácil, sencilla y efectiva: tan sólo necesitamos papel de aluminio, que también es un material conductor y sí es válido para usarlo en este caso. ¡Haced la prueba vosotros mismos! Es tan simple como envolver vuestro móvil en papel de aluminio y comprobad como si lo llamáis resulta que no tiene cobertura.
Espero que os haya gustado esta explicación y que, a partir de ahora, recordéis no creer a pies juntillas todo lo que dicen los medios, especialmente en temas de ciencia. Excepto los que son especializados, os sorprendería la de barbaridades que son capaces de soltar la mayoría…