Los adolescentes son más propensos a tomar riesgos y actuar de forma atrevida que los niños más pequeños que ellos o los adultos. Siempre pensamos, o se dice, que es porque no piensan en las consecuencias de sus actos, porque son unos irresponsables, porque les atrae el peligro o se quieren hacer los valientes delante de sus amigos y compañeros.
Pero según los hallazgos realizados por investigadores de la Yale School of Medicine publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Science, son más propensos a tomar riesgos ya que la mayoría de las veces, son más receptivos a las consecuencias desconocidas, no porque en realidad son atraídos hacia las situaciones de riesgo.
Para este estudio, los expertos analizaron a un grupo de adolescentes así como a un grupo de adultos de mediana edad (en concreto participaron 65 voluntarios entre 12-50 años) pidiéndoles que tomaran decisiones que incluian riesgos conocidos y desconocidos.
Las decisiones que debían tomar involucraban dinero y la loteria. En algunas pruebas se les decía exactamente la probabilidad de ganar que tenían, en otras no se les dijo, incrementando el riesgo de la decisión.
Con estos experimentos, los investigadores descubrieron que cuando a los adolescentes se les informaba del riesgo exacto de sus decisiones, los intentaron evitar exactamente igual que los adultos o incluso más. Sin embargo, en situaciones inciertas o de riesgo desconocido, los adolescentes se encontraban más a gusto y se desenvolvían mejor que los adultos.
Según Ifat Levy, profesora asistente en medicina comparativa y neurobiología en la Universidad de Yale:
“Los organismos jóvenes tienen que estar abiertos a lo desconocido, a fin de obtener información sobre su mundo. Desde una perspectiva política, significa que informar a los adolescentes tanto como sea posible acerca de las probabilidades de los costos y beneficios de los comportamientos de riesgo puede reducir efectivamente su participación en tales comportamientos ”
“La economía del comportamiento nos dice que la asunción de riesgos no es un proceso simple. Se ve afectada por nuestras actitudes hacia los riesgos conocidos, sino también por nuestras actitudes hacia situaciones desconocidas o ambiguas, en las que la probabilidad de resultados positivos y negativos no se conocen.”
Fuentes: Medical News Today