Que la comida crea adicción no es nada nuevo, de hecho, ya hemos explicado como el azúcar es capaz de crearnos adicción al estimular los receptores opioides (los mismos que estimulan drogas como la cocaína). El problema es que muchas veces no llegamos a darnos cuenta de la magnitud del problema y si nos sugirieran que podemos tener un problema con la comida pensaríamos: “¿Adicto a la comida yo? Si en realidad puedo dejar de comer marranadas cuando quiera… pero primero me voy a acabar esta bolsa de papas fritas”
Por ello, para que podáis haceros una idea de si lleváis una sana relación con la comida, vamos a ver cinco señales que pueden advertirnos que somos adictos a la comida:
1. Atracones:
Seguramente todo el mundo en algún momento de su vida (en un cumpleaños, en una boda o la primera vez que visitó un buffet libre…) ante el estímulo de tantos alimentos se ha pasado comiendo y ha terminado dándose un buen homenaje. El problema surge cuando estos atracones empiezan a repetirse cada vez más asiduamente y cuando ya no es necesario estar en eventos con una gran cantidad de comida para darse el atracón, sino que incluso se buscan los alimentos para ello. No obstante, los atracones no empiezan a considerarse un trastorno hasta que se repiten al menos 1 vez a la semana durante los últimos tres meses. Para más información acerca de esta conducta, os recomiendo la lectura de esta entrada del blog de Juan Revenga.
2. Efectos de abstinencia:
Si tras una temporada sin probar un determinado alimento, se desea consumirlo cada vez con más fuerza e incluso se tienen sudoraciones, nerviosismo, mareos o cambios de humor al no poder tener acceso a él, es un claro síntoma de que empezamos a tener una relación poco saludable con la alimentación. Obviamente, para considerarse un problema serio esto debería repetirse de forma constante, por ello no te preocupes si es muy de tanto en tanto cuando te entra un pequeño antojo, es algo más que normal siempre y cuando no desarrolles otros síntomas como los comentados (nerviosismo, mareos, enfurecimiento…)
3. Cambios de humor:
Generalmente, los adictos a la comida se sienten tristes, deprimidos o enfurecidos ante la falta de alimentos.Y esto puede verse tan marcado que no sólo se pierde el control sobre los alimentos, sino que también se pierde el control sobre la vida. Como resultado, la persona adicta empieza a sentir que la vida no vale nada y su autoestima cae por los suelos.
4. Comer en secreto:
Existe una relación directa entre comer compulsivamente y en secreto. Los que sufren de este problema son posesivos con su comida y tienden a ocultar comida para asegurarse de que tiene suficiente después. Además, una persona adicta a la comida también puede tender a comer muy poco cuando hay gente, pero una vez se encuentra sola empezará a comer compulsivamente, originándole un sentimiento de disgusto, vergüenza y tristeza por el acto realizado.
Una vez visto estos síntomas, si crees y admites que puedes tener un problema con la alimentación es que ya has dado el primer paso para mejorar la situación. Debes saber que estos trastornos pueden ser tratados si buscas la ayuda aportuna.
Vía| Hive Health Media
Imagen| GrandParents