5 mentiras que se dicen a si mismos los que pagan por sexo

Un estudio reciente publicado por Christine Milrod y Ronald Weitzer analiza 2.442 publicaciones escritas por personas que pagan por tener sexo en un foro de discusión online que analiza las trabajadoras sexuales y sus servicios.

Aproximadamente un tercio de los posts discutían la intimidad emocional entre las trabajadoras sexuales y sus clientes.

Muchas de las personas que pagaban por sexo expresaron su deseo de hacer crecer sus relaciones más allá del acto sexual y desarrollar sentimientos y amor mutuo con la persona a la cual pagaban. Esto puede resultar un poco contradictorio y nos puede llevar a preguntas como ¿Qué piensa esta gente que paga por tener sexo? ¿Que se dicen a sí mismos sobre lo que hacen? Pues a continuación os hago una recopilación de las 5 mentiras que más frecuentemente se cuentan a sí mismos:

1. “ No estoy haciendo nada malo”

Esto les sirve para de alguna forma olvidar que están violando la ley, ya que la prostitución es un acto ilegal. Esto sin tener en cuenta que muchos de los que hacen esto mantienen relaciones de noviazgo o matrimonio con otras personas y aquí estarían también violando un contrato de fidelidad y respeto para con ellos.

2. “Esto podría convertirse en una relación real” 

Los encuestados piensan que están recibiendo una relación real, pero en realidad están buscando gratificación instantánea. Según una encuesta, el 32% de los clientes detenidos por solicitar una prostituta dijo que compró sexo porque “no tenía tiempo para una relación convencional” ; 28. % “no quería las responsabilidades de una relación”, y el 18% dijo que “preferiría tener relaciones sexuales con una prostituta que tener una relación convencional con una mujer.”

En otras palabras, el 78% de las personas que pagan por sexo no quiere preocuparse por una relación “real” y prefieren pagar por sexo. Un mensaje implícito aquí es que la transacción entre el profesional del sexo y el cliente se trata de dinero y control.

3. “Sólo lo hago por la emoción” 

Los encuestados dicen que están buscando la emoción, pero esto podría suponer el principio de una adicción sexual.  Biológicamente, las personas que buscan la intensidad y la emoción de participar en un acto sexual están programando su cerebro para buscar emociones cada vez mayores para obtener el mismo efecto. Muchos de los que respondieron a la encuesta podrían experimentar ansiedad y síndrome de abstinencia si deciden dejar de pagar por sexo.

4. “Creo que podría amarles” 

Pero en realidad, los encuestados podrían estar actuando en relación a sus fantasías. Podrían imaginar que tienen un “sentimiento de amor” hacia la trabajadora sexual. Incluso en las relaciones “reales” existe un aspecto de proyectar lo que quieres a la otra persona. Por esto, tiene bastante sentido que alguien que paga repetidas veces por la misma trabajadora sexual esté imaginando que tiene una “relación real” con ella.

5. “Me lo merezco” 

Los encuestados muestran un sentido del derecho. En otras palabras, están diciendo: “quiero sexo de cierta manera y merezco obtenerlo. Tengo derecho a obtenerlo”.

Fuente: Psych Central

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