5 síntomas que no deberías ignorar

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Existen muchos tipos de dolencias y síntomas leves que, solo por sentido común, no es necesario llegar a tratarlos o tener que hacer largas colas en el centro de salud mas cercano (enserio, no, no es necesario). Por ejemplo, un resfriado típico durante el invierno. Se produce por un VIRUS, y no, no hay tratamiento, se pasa solo a los 5 o 7 días como mucho. Hay que aguantarlo como buenamente podamos y santas pascuas. Pero, por otro lado, existen algunos síntomas a los que sí debemos prestarle especial atención, pues pueden esconder cosas graves que deben ser tratadas.

Dolor de cabeza severo

La probabilidad dice que seguramente será una migraña (que no es que de gusto precisamente, pero es un mal menor). Pero, si no va acompañada de los síntomas típicos, como el “aura” (alteraciones visuales, dolor de estómago, un dolor de cabeza progresivo…), puede ser preocupante. Siempre tiene que ser un dolor peor y muy diferente a cualquier otro que conozcamos, esto es importante.

Si es un dolor muy muy severo (el peor dolor de cabeza de tu historia) y es repentino, es decir, algo que jamás habías sentido, puede que estemos hablando de un aneurisma cerebral (dilatación de una arteria) que se ha roto. Esto pasa en pocas ocasiones, pero hay un 5% de la población existen estos tipos de aneurismas y, aunque normalmente no causan problemas, pueden romperse. Es decir, es un caso muy puntual, pero hay que hacerle caso.

Encías “palpitantes”

Si acabas sintiendo grandes molestias cuando ingieres alguna bebida fría, como una cerveza por ejemplo, puede que haya algo que va mal, sobre todo si sientes una punzada aguda en ese momento. En tal caso, probablemente tengas un nervio dental dañado, y seguramente se deba a una mala salud dental (el diente se ha ido dañando progresivamente hasta agrietarse o pudrirse).

Si llegas a este punto, las bacterias harán de tu boca un buffet libre, infectando el nervio y produciendo grandes colonias bacterianas, que podrían diseminarse por el cuerpo y afectar a otros órganos (como ya os contamos aquí respecto al tema de tomar antibiótico para ir al dentista). Será necesario acudir al dentista y cubrir este nervio expuesto, e incluso tratarlo si ya esta infectado, extrayendo el diente y reemplazándolo por otro de plástico y usando antibióticos.

Dolor agudo en el costado

Normalmente, cuando sentimos un dolor en el costado, suele ser por el conocido “flato”, que nos puede suceder cuando salimos a correr y no estamos acostumbrados por ejemplo, entre otras situaciones. Pero hay tipos de dolores que son diferentes, pues el “flato” calma rápidamente, pero un dolor agudo de costado grave se puede ir intensificando en pocas horas o días.

En este caso, si además añadimos náuseas y fiebre, puede tratarse de una apendicitis. Este dolor empieza primero en la boca del estómago y va bajando hasta el costado inferior derecho, donde se queda y se va intensificando. Es importante acudir al médico, porque en una apendicitis (inflamación del apéndice, una de las partes del intestino grueso), es una indicación para ser operado clarísima.

Dolor en el pecho

De vez en cuando sentimos ardores de estómago que pueden dar la sensación de ser dolores en el pecho, pero esto sucede tras una suculenta comilona, o algo que nos ha sentado mal. Pero si ya sabemos que tenemos riesgo de padecer un problema del corazón, puede que estemos delante de una angina de pecho, o incluso peor, un infarto.

Los infartos, al contrario de lo que dice la cultura general, se pueden producir a prácticamente cualquier edad y por diversas causas, aunque lo más común sea en personas de mayor edad y riesgo. En esta situación se siente presión en el pecho, fatiga, dolor de garganta y cierta dificultad para respirar. Será el momento de acudir a pedir ayuda sanitaria.

Dolor abdominal severo

Recordando el caso anterior, tras una buena y cuantiosa comida (o mala, y que nos te siente mal), cabe la posibilidad de sentirse hinchados y con cierta molestia abdominal. Pero hay dolores y dolores. Cuando se produce un dolor similar pero grave (y me refiero a algo grave de verdad e inaguantable…), y en este caso en mujeres, diferente totalmente a lo que se haya sentido antes, en el peor de los casos puede ser un cáncer de ovario.

Entre los síntomas acompañantes se debe encontrar hinchazón, dolor pélvico o abdominal y dificultad para comer, durante más de dos o tres semanas (es decir, no es algo puntual, ni simple, ni se acaba resolviendo solo, debe quedar claro todo esto para no acabar asustándose sin motivos). No es un cáncer muy común, como el de mama, pero si en la familia ya ha habido alguno, hay más probabilidades de sufrirlo. Sería conveniente concertar una cita en ginecología para descartarlo.

 

Como podéis ver, en todos los casos anteriores me refiero a dolores DIFERENTES y bastante más GRAVES que los que hayamos sufrido nunca. Es importante que estos dos conceptos queden claros, y que nadie salga de aquí asustado, pues porque nos duela un poquito más la cabeza que de costumbre no pasa nada, pero si el dolor es bastante peor y diferente, ahí ya habría que consultarlo.

Imagen | Sanitas.

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