7 riesgos para la salud de algunos tratamientos de belleza

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“No podemos pasarnos una hora delante del televisor sin captar el bombardeo de mensajes sobre la condición física de los seres humanos”. Lo aseguraba Wayne W. Dyer en su libro Las zonas erróneas. Añadía la incómoda pero cierta frase: “los anuncios que te bombardean diariamente dicen que debes menospreciar el olor de tu boca, axilas, pies y hasta genitales. «Utiliza nuestro producto y vuelve a sentirte real y natural»”, como si lo que tenemos desde nacimiento fuera lo que realmente es artificial.

Estos mensajes están tan calados en la sociedad que la mayoría de la población siempre está tratando de estar al día sobre los últimos avances en belleza, ya sea para lograr la mejor barra de labios como el bronceador que no huele a bronceador. Si hay que hacerlo, más vale ser conocedor de los riesgos, a veces mínimos pero al fin y al cabo riesgos, que pueden suponer para la salud. No olvidemos que, a menudo, la letra pequeña es en realidad más grande de lo que parece.

1. Extensión de pestañas. Las bondades de la extensión de pestañas parecen claras, como por ejemplo el hecho de que desaparece la necesidad de aplicar el rímel y aireas un atractivo natural incluso cuando llevas horas trabajando delante del ordenador y tus ojos no aguantan más. He aquí un posible efecto perjudicial según el Colegio Británico de Optometristas: el uso repetido de esta práctica puede causar alopecia por tracción, una afección en la que el cabello se cae debido a las tensiones excesivas a las que éste se ve sometido. Por lo tanto, por mucho que enamore la mirada penetrante de unas pestañas extendidas de forma artificial, no hay que olvidar que cada vez que se extienden aumentan las probabilidades de disminuir las pestañas naturales. Además, se añade el riesgo de tener una reacción a la cola utilizada (reacciones alérgicas o irritaciones).

2. Extensión de pelo. Esta alternativa utilizada ampliamente para lucir una larga melena, dar más volumen a la misma, presumir de mechas de múltiples colores puede tener también sus efectos secundarios. Un estudio publicado en la revista British Journal of Dermatology aseguraba que, como en las extensiones de pestañas, esta práctica de búsqueda de belleza puede producir una caída del pelo natural y también una pérdida de su brillo.

3. Ingle brasileña. Como define la Wikipedia, se trata de una “forma de depilación del vello púbico, que puede hacerse completa o parcial, dejando una tira recta de vello en el pubis. Su misión es evitar que se vea el vello púbico incluso con bikinis o ropa interior con muy poca tela”. Cuando uno se somete a un depilado de este tipo está exponiendo su piel a posibles pequeños desgarros o rasguños en la piel, susceptibles a infecciones. En este sentido, si bien no puede decirse que haya una relación directa entre alisado brasileño y enfermedades de transmisión sexual, ciertamente no es un buen hábito de prevención. El cuerpo tiene una serie de mecanismos de defensa para prevenir las infecciones, entre los cuales el mantenimiento de una piel normal y sana. La depilación reiterada produce microheridas que facilitan la entrada de bacterias e incluso de virus. Además, la depilación brasileña puede causar irritación e, y si el sistema inmunológico está bajo de defensas (diabéticos, por ejemplo), puede ser realmente peligrosa.

4. Dietas milagro. Hay muchos tipos de dietas milagros que prometen una reducción rápida de kilos: hipocalóricas, pobres en hidratos de carbono o pobres en proteínas, aquellas en las que predomina un determinado macronutriente, focalizadas en un solo alimento (la de la piña, la de la limonada [Master Cleanse], etc.] y otras. Si bien cada tipo de estas dietas milagro tienen efectos perjudiciales determinados, todas tienen el principal efecto perjudicial de querer algo difícil en el corto plazo. También todas, por regla general, culminan con el efecto rebote, por el cual la persona que ha seguido la dieta recupera los kilos perdidos y otros adicionales. La única y verdadera garantía de éxito para perder peso es adecuar los hábitos de alimentación al modelo dieta saludable y equilibrada. Se trata, por tanto, de un cambio de hábitos a largo plazo. Estar delgado y en buena forma física requiere sacrificios (especialmente para quienes tienen predisposición genética a acumular kilos), y la única manera segura y efectiva de evitar el sobrepeso es modificar el estilo de vida. Y para ello hay que contemplar todos los grupos de alimentos básicos (cereales frutas, verduras, proteicos, lácteos y grasa), respetar al menos las tres comidas principales y practicar ejercicio de forma habitual (no se trata de matarse corriendo, pero sí de realizar actividades aeróbicas, como caminar).

5. Manicura de gel. Esto es algo reciente y anunciado en el congreso de la Academia Estadounidense de Dermatología. Todo surge por el abandono progresivo de la manicura con esmalte convencional frente a otra manicura que, según quienes la promocionan, más duradera y que deja las uñas más bonitas: la manicura de gel o semipermanente. Según los especialistas que han participado en el congreso, puede ser “duro” para las uñas. Se cree que esta práctica puede hacer que las uñas se hagan más finas, lo que puede asociarse con una pérdida de brillo y con una mayor facilidad de ruptura. Además, podría camuflar enfermedades de las uñas si se usan de forma repetida. El único trabajo publicado hasta la fecha, en 2012 en la revista Journal of Cosmetic Dermatology, describía la experiencia de cinco mujeres con debilidad en las uñas, cuyos dermatólogos la habían asociado a la manicura semipermanente. Por otro lado, el comunicado de la Academia Estadounidense de Dermatología indica también que las lámparas ultravioletas utilizadas para fijar la pintura pueden asociarse a un mayor riesgo de cáncer de piel, aunque no acompaña esta afirmación de ningún estudio. Concluyen con que las mujeres que se ponen este tipo de gel ocasionalmente no deben de preocuparse, pero aquellas que lo hacen frecuentemente deben ser conscientes de los riesgos potenciales.

6. Depilación láser. La depilación láser se ha convertido en un método popular para deshacerse del vello en los brazos, piernas y otras partes. En primer lugar, debe ser llevada a cabo por un especialista cualificado. La normativa europea indica que el proceso siempre debe ser llevado a cabo bajo supervisión médica (hay que tener muy en cuenta el historial médico de los clientes para poder determinar la potencia del láser, por ejemplo, o a veces hay medicamentos que son incompatibles con la depilación láser), pero la realidad es bien diferente. Los principales riesgos son las quemaduras (de primer grado) y los cambios de color de la piel (manchas oscuras o claras). También se han registrado algunas reacciones extremas provocadas por algún producto anestésico que utilizan algunos pacientes para aliviar las molestias de la depilación

7. Cosméticos con compuestos perfluorados (PFC). Según una nueva investigación publicada en la revista Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, la exposición al PFC utilizado para fabricar una amplia gama de productos (telas, alfombras, cosméticos y recubrimientos de papel) puede provocar cambios en la función tiroidea. En concreto, se ha detectado que unos niveles más altos de esta sustancia en el cuerpo podría alterar la función inmunitaria en ambos sexos y, en mujeres, aumentar el riesgo de hipotiroidismo leve. Para el estudio, los investigadores analizaron datos de más de 1.100 personas. Aunque los fabricantes importantes han retirado paulatinamente los PFC de la producción, estas sustancias perturbadoras endocrinas siguen siendo preocupantes porque permanecen en el organismo durante largos períodos.

Fuente 1 | Stylelist

Fuente 2 | EL MUNDO.es

Imagen | Laura Lewis

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