9 consejos científicamente demostrados para tener un cerebro sano y fuerte – Medciencia

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Es obvio que cada vez la gente está más concienciada sobre la importancia que supone cuidar nuestra salud: realizamos footing, vamos al gimnasio, practicamos cualquier tipo de deporte, intentamos comer más saludable, etc.; y es una alegría enorme de que esto efectivamente sea así, pues no hay mejor medicamento que llevar un estilo de vida saludable.

Yo, como estudiante de medicina, todavía no me he encontrado ningún caso de que esta regla no se cumpla. Cuanto más nos cuidamos, nuestra salud se verá reforzada en casi todos los aspectos, y la gente finalmente se está dando cuenta de esta gran verdad que intentamos transmitir como mejor podemos en este blog. Sin embargo, hay un órgano que tal vez no le damos la suficiente importancia. Cuidamos nuestro físico, nuestra dieta… ¿pero cuidamos nuestro cerebro?

En definitiva, no hay órgano más importante que el cerebro. Ya podemos tener un corazón que funciona perfectamente, unos buenos pulmones, unos músculos muy fuertes, y un largo etcétera, pero nuestro yo, nuestra personalidad, nuestra conciencia de todo lo que nos rodea, se encuentra en el cerebro, y éste también requiere sus cuidados.

Por tanto, es hora de tener en cuenta al cerebro, y qué mejor manera que siguiendo los siguientes consejos que han sido demostrados científicamente. Aquí van:

1. Come alimentos con gran variedad y cantidad de nutrientes

Se ha demostrado que la dieta, aparte de tener una clara relación con nuestro estado físico de salud, influye en gran medida en nuestras emociones y procesos cognitivos.Por ejemplo, una dieta rica en ácidos grasos omega-3 puede mantener nuestro cerebro en forma. Por el contrario, una dieta rica en ácidos grasos saturados, puede incrementar el riesgo de trastornos neurológicos. Por ello, si conocemos de antemano que lo que comemos a diario afecta a este órgano, podremos conseguir un cerebro sano.

Empieza por comer alimentos que contengan una gran variedad y cantidad de nutrientes, como huevos, carnes orgánicas, frutas y verduras. Incrementa el consumo de ácidos grasos omega-3, que pueden ser encontrados en el pescado azul y en las nueces; y evita en la medida de lo posible alimentos procesados.

2. Pasa más tiempo con las personas que más quieres

En 2008, un estudio de Harvard demostró que unas buenas relaciones sociales pueden retrasar la pérdida de memoria a medida que envejecemos. Como consecuencia, tener la suficiente interacción social con la gente, sobre todo con las personas que más nos importan, es crucial para que el cerebro permanezca saludable. Conclusión: pasa más tiempo con tu familia, tus amigos y tu pareja en caso de tenerla.

3. Aprende un segundo idioma u otra actividad nueva para ti

Cuántas veces habremos dicho en Medciencia que el aprendizaje de un nuevo idioma es muy saludable para nuestro cerebro. Las investigaciones han demostrado que aprender un nuevo idioma puede mejorar las capacidades cognitivas de tu cerebro, previniendo la pérdida de memoria en el futuro.

Este efecto también se produce si aprendemos a tocar un instrumento musical, o hacer algo nuevo que nunca antes habíamos realizado. Para un cerebro en forma, hay que salir de nuestra zona de confort.

4. Practica HIIT

El HIIT (Hight Intensity Interval Training), o entrenamiento en intervalos de alta intensidad, se trata de un tipo de entrenamiento que intercala periodos cortos de ejercicios cardiovasculares muy intensos con ejercicios de intensidad moderada o baja.

Un estudio demostró que practicar HIIT dos veces a la semana y realizar ejercicios de fuerza dos veces a la semana durante cuatro meses incrementa la oxigenación del cerebro, así como la cantidad máxima de oxígeno que podemos utilizar y las funciones cognitivas.

5. Duerme lo suficiente

La ciencia ha demostrado que no llevar una rutina de sueño correcta puede alterar significativamente nuestras funciones cerebrales. Aunque las horas de sueño que necesita cada persona puede variar enormemente, intenta dormir como mínimo siete horas siguiendo una rutina; es decir, acostarse y despertarse más o menos a la misma hora todos los días.

¿Por qué esto es tan importante? Porque disponemos de una serie de ritmos biológicos que se pueden alterar fácilmente si no controlamos las horas de sueño.

6. Aprende a meditar o practica yoga

En otras palabras, ¡relájate! Esto ya es bastante personal, pues aquí cada uno puede utilizar una técnica u otra para desconectar de nuestra ajetreada vida diaria. Hace poco hablamos en el blog sobre el mindfulness, una técnica de meditación que tiene sus relajantes resultados si se realiza correctamente.

Un estudio realizado en la Universidad de California (Los Ángeles) ha demostrado que el yoga y la meditación no solo pueden reducir los niveles de estrés en personas sanas, sino también en aquéllos con demencia y enfermedad de Alzheimer.

7. Reduce el consumo de cafeína y alcohol

Un consumo prolongado de cafeína puede ser perjudicial para nuestra salud a largo plazo. Un estudio ha demostrado que aunque a corto plazo la cafeína es un importante estimulante, a la larga puede estrechar los vasos sanguíneos que se encuentran en los lóbulos temporal y prefrontal de la corteza cerebral, unas áreas muy importantes del cerebro que si se ven afectadas pueden disminuir nuestra memoria y producir depresión.

¿A partir de cuánto la cafeína y el alcohol es perjudicial? Una taza de café cada día o un par de vasos de vino cada semana no es perjudicial ni mucho menos, pero si sobrepasas esas cantidades tienes que ir pensando en reducir la cantidad de alcohol y/o cafeína en beneficio de tu cerebro. La clave está en el equilibrio: ni mucho, ni poco.

8. Ahorra un poco de dinero cada día

¿Y qué tiene que ver ahorrar dinero con tener un cerebro saludable? Aunque de primeras parece que ahorrar dinero no tiene ningún impacto en nuestro cerebro, sí que tiene una cierta relación: como ahorrar dinero produce importantes efectos en nuestros propósitos financieros, en último término afecta a nuestras funciones cerebrales.

De nuevo, la ciencia ha demostrado que si tenemos un plan de seguros financieros bien pensado, esto puede mejorar nuestras funciones superiores como la organización y la planificación de eventos futuros.

9. Añade aceite de coco a tu dieta

Un reciente estudio ha demostrado que añadiendo aceite de coco a nuestra dieta podemos reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer y el Parkinson. Esto se debe a que el aceite de coco contiene triglicéridos de ácidos grasos de cadena media que son los responsables de incrementar nuestras capacidades cognitivas desde que se consume por primera vez.

En resumidas cuentas, mantener joven tu cerebro es tan fácil como seguir cada uno de estos consejos. ¿Cuál de ellos vas a escoger? Os invito a que si tenéis cualquier otro tipo de sugerencia lo compartáis en los comentarios.

Fuente: Lifehack

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