El corte de digestión es la típica situación que queremos evitar en las vacaciones de verano, ya que puede ser el susto de la tarde (sobre todo en los más pequeños), o incluso llegar a ser el gran susto del verano si se produce de forma brusca y grave (desgraciadamente, puede llegar a ser mortal). Pero aún existe mucha ignorancia y desconocimiento sobre cómo se produce, por qué y en que situaciones, así que hoy os explicaré un poco como funciona.
Es muy común, llegar a la piscina, playa o río y, justo después de comer, plantearse si sería peligroso bañarse directamente o esperar un tiempo. Realmente, la comida no tiene nada que ver aquí (¡Oh! ¡Sorpresa!). La parte más importante es la temperatura, ya que el “corte de digestión” en si se debe a un cambio brusco de temperatura de la piel cuando contacta con el agua fría (o, al menos, más fría que nuestra temperatura corporal). El término médico para denominar este fenómeno es sincope de hidrocución, coloquialmente llamado “corte de digestión”.
Así pues, el presidente de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), el Dr. Enrique Domínguez Muñoz, define de la siguiente forma el fenómeno del corte de digestión:
“Ese cambio térmico brusco produce una reacción cardiovascular con una disminución de la frecuencia cardiaca que puede hacer que la persona que la padece sienta náuseas, a veces vómitos, se maree e incluso pierda el conocimiento”
El riesgo de padecer este cuadro es más elevado en personas de edad avanzada o con problemas cardíacos. Y, paradójicamente, también en niños, pues suelen ser los que más tiempo pasan al sol o jugando, elevando así su temperatura corporal y, posteriormente, se echan al agua sin pensarlo, y esta por supuesto está más fría que su temperatura corporal.
Según el Dr. Domínguez, el corte de digestión es más probable cuando el agua es más fría o cuando el cuerpo está más caliente (después de una tarde al sol por ejemplo). Además, según comentan las doctoras Milagros Marín Ferrer y Carmen Medina (adjunta y jefe de la sección de pediatría del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid), suele ocurrir más en días muy calurosos o con agua muy fría, como en pozas o piscinas de la sierra. También es más probable que el corte de digestión ocurra después de hacer ejercicio por ejemplo, ya que si después de elevar la temperatura corporal de esta forma nos zambullimos de golpe en el agua, nuestra temperatura puede llegar a bajar bruscamente de los 40 ºC a los 20 ºC
El Dr. Domínguez reitera que este cuadro tiene mucho que ver con la temperatura del agua y no tanto con la digestión, ya que esta puede durar hasta 4 horas y, sin embargo, podemos entrar en el agua sin que nos pase nada. Por eso se recomienda siempre entrar al agua poco a poco, mojándose primero la cabeza y sin tirarse de golpe. Además, también comenta la razón por la cual es más fácil que esto se produzca después de comer: durante la digestión, la sangre se acumula en el aparato digestivo, dando lugar a que llegue menos sangre a las otras partes del cuerpo, como el cerebro.
“En esta situación es más fácil que se de un cambio brusco de temperatura y una reacción cardiovascular que conlleva produzcan mareo o pérdida de conocimiento, es decir, lo que llamamos corte de digestión”
Ya sabéis, las cosas se deben hacer poco a poco y no de golpe, cualquier precaución es poca y no es plan de pasar un mal verano por culpa de un susto como este.
Vía: El Mundo.