Demasiada sal aumenta el riesgo de cáncer de estomago – Medciencia

Actualmente la Organización Mundial de la Salud (OMS) así como las guías de alimentación saludable propuestas por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria recomiendan no consumir más de 6 gramos de sal al día. El contenido de la propuesta puede estar bien, pero el lenguaje que se utiliza para la población (no consumir más de 6 gramos) no me parece el adecuado. Mi experiencia, que aunque no cuenta con más de 2 años tratando con pacientes, me dice que la gente no sabe, ni de lejos, la sal que consume. Es frecuente escuchar  “Yo como sin sal, sólo añado una poca a las ensaladas o cuando hago algún guiso.”  ¿Y sin embargo, usar poca sal en ensaladas y guisos significa que no sobrepasemos esos 6g al día que nos recomiendan? Personalmente no lo tengo muy claro.

Debemos ser conscientes que la sal que tomamos no proviene únicamente de la que añadimos con el salero. Prácticamente todos los alimentos procesados contienen sal. El pan, las galletas, los cereales de desayuno, las conservas enlatadas (atún, sardinas…), los vegetales encurtidos, los embutidos, el queso, la carne procesada, las patatas fritas o snacks…tienen un notable contenido de sal. Y no olvidemos las comidas preelaborados como unos canelones listos para calentar y comer, una pizza o una hamburguesa de un restaurante de comida rápida, en los que una ración fácilmente puede contener más de esos 6g de sal de los que hablamos. Esto supone que cerca del 75% de la sal que consumimos sea “invisible” porque ya viene presente en los alimentos y sólo el 25% la añadimos nosotros a los alimentos.

Y os cuento todo esto porque según un estudio realizado por World Cancer Research Fund (WCRF), en el Reino Unido, el consumo promedio de sal en la población es de 8,6 gramos, 43% sobre el límite recomendado. Y además, lo más importante, es que se ha calculado que el 14% de los casos de cáncer de estómago podrían evitarse si limitáramos el consumo de alimentos salados y no sobrepasáramos los 6 gramos diarios.

Lucy Boyd, de la organización de Cancer Research comenta:

“Esta investigación del WCRF confirma lo que un reciente estudio de mi organización ya demostró: demasiada sal contribuye notablemente al número de casos de cáncer de estómago”

Y es que, cada año hay casi 100.000 casos de cáncer estomacal en el mundo y aunque el consumo de alcohol y el tabaquismo son factores de riesgo importantes, la dieta también juega un papel importante en esta enfermedad. Más aún cuando el cáncer estomacal es la segunda causa de muerte por cáncer en el mundo, sólo por detrás del cáncer de pulmón.  Seguramente, esto es debido a que la mayoría de los casos no se detectan hasta cuando el tumor ya está bien establecido

Los responsables del estudio del WCRF señalan que les gustaría ver un etiquetado en los alimentos con luces de semáforo, como esté que nos enseña Consumer Eroski, para tener una guía más visual y sencilla sobre los niveles de sal o azúcar entre otros. Este etiquetado tiene la peculiaridad de que utiliza los colores típicos de un semáforo para representar el contenido nutricional de un determinado producto. Así un color rojo denota un alto contenido, el color amarillo indica un contenido medio (ni alto ni bajo), y el verde se utiliza si el contenido es bajo.

Aún así, el etiquetado sigue siendo un asunto controvertido entre productores de alimentos y supermercados. Por ello, y para reducir el consumo de sal, es recomendable basar la alimentación en una mayor cantidad de productos no manipulados industrialmente y priorizar los productos frescos como verduras, hortalizas, frutas, carnes, pescados, huevos, tubérculos, legumbres, arroz… Evitando mayoritariamente sus versiones menos recomendables como verduras enlatadas, frutas en almíbar, carnes procesadas, pescados enlatados o ahumados, patatas chips y otras comidas preelaboradas.

Vía| BBC

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