Descubierto un polímero antibacteriano respetuoso con el medio ambiente

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No es la primera vez que tratamos el tema de los tejidos antibacterianos en MedCiencia. Hace unos meses os comentábamos que investigadores españoles habían mejorado el efecto antimicrobiano de los tejidos que se utilizan para las batas o para las sábanas de los hospitales. Esta vez, un grupo de científicos del KTH Royal Institute of Technology de Estocolmo han descubierto un polímero antibacteriano que puede ser utilizado en productos de uso diario, tales como ropa deportiva, pañales y vendas, sin provocar bacterias resistentes y que además es respetuoso con el medio ambiente.

Polímero antibacteriano incrustado a las fibras de celulosa

Ya hemos comentado muchas veces que las manos son el vehículo perfecto para la transmisión de los microorganismos pero muchas veces no se tiene en cuenta que la ropa y en definitiva los distintos tipos de tejidos, con otro tipo de posibles vehículos. Mas o menos todos tenemos interiorizado la importancia que tiene lavarse las manos, tanto como si uno está enfermo (bien en casa, bien en un hospital) como si uno está sano. La producción de polímeros antibacterianos se suma a las medidas preventivas de transmisión de microorganismos.

El problema que existe con muchos de los agentes antibacterianos, tales como el triclosán o los iones de plata, que se utilizan en prendas de calzado o ropa deportiva para eliminar las bacterias causantes del mal olor, es que esas sustancias se vierten al medio ambiente cuando se lavan, lo que aumenta el riesgo de que las bacterias se vuelvan resistentes a sus efectos de manera gradual.

El grupo de investigadores ha logrado crear un polímero antibacteriano que se une de forma estable a la celulosa, con lo que no se libera al medio ambiente cuando los tejidos se lavan y se consigue matar a las bacterias. El motivo de hacer este polímero capaz de unirse a la celulosa es porque es la sustancia orgánica más común de la naturaleza y nosotros lo utilizamos en muchos tejidos de nuestra vida cotidiana (no hay más que pensar en el algodón, por ejemplo).

Josefin Illergård, investigadora química en la KTH, asegura lo siguiente:

“Nuestro polímero tiene un gran interés internacional. Nuestros trabajados han sido solicitados por empresas del extranjero y recibimos una gran cantidad de comentarios cuando presentamos nuestras conclusiones en los congresos. En el futuro, creo que nuestro material será utilizado para la limpieza de la ropa, en el saneamiento de los hospitales y en distintos tipos de filtros para la purificación del agua”.

El objetivo ahora es tratar de sustituir este polímero antibacteriano por un material que sea totalmente renovable. Esta idea se enfoca hacia el tratamiento del agua. Si con la utilización de su polímero el agua puede ser purificada de manera que no se dañe al medio ambiente, su material podría ser utilizado en los filtros o colocarse directamente sobre el fuego, desapareciendo después de su uso.

 

Fuente: KTH

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