Como ya os contamos en un artículo ayer, de los muchísimos métodos anticonceptivos que existen, el único que también sirve para prevenir las enfermedades de transmisión sexual es el preservativo. Sin embargo, hay personas que se niegan a usarlo, ya sea por su precio o por lo incómodo que resulta para el hombre. De ahí vienen los “yo controlo” que no sólo no sirven para evitar el embarazo; sino que, además, no tienen nada que hacer frente a las ETS.
Por este motivo, la búsqueda de métodos alternativos al preservativo está a la orden del día y, poco a poco, va dando sus resultados. Éste es el caso de un anillo vaginal impregnado en un antiviral, llamado dapivirine, que parece dar buenos resultados frente a la infección por VIH.
El anillo vaginal
Como sabéis, el anillo vaginal convencional es un método anticonceptivo consistente en un anillo que se coloca en la vagina y poco a poco libera una serie de hormonas que evitan el embarazo a través de la inhibición de la ovulación y de un aumento del espesor del moco cervical, que dificulta el paso de los espermatozoides hasta el óvulo. Básicamente es algo similar a los anticonceptivos orales, aunque presenta ventajas como la permanencia del efecto si se vomita o se tiene diarrea y el hecho de no necesitar recordar la toma diaria, ya que se coloca y no es necesario retirarlo hasta las tres semanas posteriores. Por este motivo, cada vez es más frecuente la elección de este dispositivo como método anticonceptivo, pero no se recomienda para casos de sexo esporádico con diferentes parejas, ya que no previenen ningún tipo de enfermedad de transmisión sexual.
Un anillo vaginal frente al sida
Según un artículo recientemente publicado en el New England Journal of Medicine, si a este anillo vaginal convencional se le añade una droga antiviral, se puede prevenir el contagio de sida a través de las relaciones sexuales. Para comprobarlo, los autores de este estudio, lo probaron con un conjunto de mujeres de países dónde el SIDA supone una gran epidemia. Comprobaron así que las mujeres que habían utilizado el antiviral, tuvieron un riesgo un 27% menor de ser infectadas en comparación con aquellas a las que se les había suministrado un placebo.
Después de ése, se llevó a cabo otro estudio con resultados similares, concretamente un 31% menos de riesgo de infección.
A pesar de todo, estos investigadores no quieren lanzar las campanas al vuelo, ya que se encontraron con algunos problemas, como una menor protección en mujeres menores de 21 años. La causa podría ser un uso menos coherente y responsable del dispositivo por parte de las pacientes, pero sería necesario ampliar el estudio para comprobarlo. Además, de momento sólo se ha comprobado de forma controlada en la clínica y no se sabe cómo actuaría al llegar al mercado del “mundo real”.
Por lo tanto, es necesario ir con cautela, pero si los resultados siguen siendo favorables podríamos estar ante un método efectivo para prevenir el contagio por VIH. Sería especialmente ventajoso, no sólo para aquellas personas a las que les incomoda el condón, sino también para mujeres de países subdesarrollados, donde la enfermedad está altamente extendida y los recursos para acceder al preservativo son escasos. De todos modos, hasta que ese momento llegue, ya sabéis. Para evitar infecciones, póntelo, pónselo.
Vía: Science news
Imagen sida: Taringa