Los experimentos psicológicos siempre me han intrigado. El hecho de que en determinadas condiciones, y según los factores o hechos que se produzcan, actuemos de una forma o de otra, es lo que denota la curiosidad que hoy en día aún se mantiene sobre la mente y el cerebro humano. No en vano ya hablamos una vez sobre el experimento de los marshmallows, donde vimos como nuestra paciencia o impaciencia puede significar mucho en nuestra vida. El experimento, o en este caso efecto, del que hablaremos hoy es un poco diferente, pues no tiene que ver con la paciencia, sino con el hecho de sentirse observado.
Para ponernos un poco en materia os preguntaréis, ¿en qué consiste el Efecto Hawthorne? Bueno, todo empezó en la década de 1920, cuando se realizaron algunos estudios de productividad en la fábrica Hawthorne Works, en Illinois (EEUU). En esta fábrica se llevaron a cabo diversos retoques buscando un aumento o disminución de productividad, para detectar que es lo que sería mejor o peor para sus empleados: cambiaron los horarios de descanso, la duración de la jornada laboral, e incluso las condiciones climáticas. E incluso llegaron a cambiar el tipo de iluminación, aclarando las luces de la fábrica.
¿Qué sucedió con la productividad después de tanto cambio?
Pues, por raro que parezca, cuando se aclaraban las luces, la productividad aumentaba; si se iluminaba un poco más, la productividad aumentaba; si se apagaban las luces hasta oscurecer la fábrica más que nunca, la productividad también aumentaba. Curioso, ¿verdad?
En definitiva, había pocas cosas que hicieran descender la productividad, prácticamente todo la aumentaba. Pero, para sorpresa de los investigadores, hubo una cosa que si hizo descender la productividad: una paga extra.
Lo que sucedió no es que los trabajadores no quisieran más dinero (¿quién lo rechazaría?), sino que se descubrió que los trabajadores se habían reunido y habían acordado descender la productividad al pensar que una combinación de mayor productividad junto a una paga extra significaba que pronto habrían despidos. El acortamiento de la jornada laboral a largo plazo acaba provocando una menor productividad, a pesar de que esta productividad por hora aumenta con menos horas. En definitiva, según los investigadores, cualquier intromisión externa provoca un aumento de la productividad. La cosa es, ¿por qué?
Pues la respuesta es sencilla: sentirse observados. Aunque los científicos tienen cierta tendencia a investigar a los individuos dentro de experimentos “controlados”, estos nunca son 100% controlados, es más, raramente se puede tener control de varias personas en un experimento sin que estas modifiquen su comportamiento solo por el hecho de estar siendo investigados u observados.
Actualmente se tienen muchos puntos de vista sobre este curioso Efecto Hawthorne: algunos dicen que el hecho de verse dentro de un experimento hacía que los trabajadores fueran más productivos; otros creen que, al ser parte de un experimento, los trabajadores sentian que se valoraba su trabajo, por lo que trabajaban más y mejor; por otra parte estan los que piensan que el hecho de dar más horas libres aumentaba la productividad; o también tenemos la opinión de que la simpatía y buena comunicación de los investigadores fue lo que aumentó la productividad. Incluso hay quien dice que este efecto es un mito y que realmente no existe.
Problemas del estudio
Como en todo, hay diversos puntos a tener en cuenta en este estudio. Resulta que algunos trabajadores recibían informes de productividad para poder alcanzar diversos objetivos, cosa que no tiene nada que ver con los cambios en sus condiciones de trabajo.
Por otra parte, el tema de la iluminación, hay diversos estudios cuyos datos afirman que es algo anecdótico y no influye para nada, ya que se cambió la iluminación en domingo y el lunes se detectó más productivo que el sábado anterior. Si pensamos con lógica, es normal, ya que tras el fin de semana, los lunes se suele ser más productivo que los sábados o últimos días de la semana, sin ningún tipo de cambio o intromisión de por medio.
Eso sí, el estudio no puede catalogarse como algo “inútil”, ya que los trabajadores de esta fábrica, a largo plazo, mejoraron su desempeño laboral, y también su salud, ya que se se implementaron programas de seguimiento de salud (cosa que también implica “sentirse observado”), causando una disminución de determinados problemas de salud y un aumento del número de protocolos sanitarios y de limpieza.
En definitiva, cualquier cambio directo o aleatorio que implique vigilancia provoca un cambio del comportamiento humano, pero que dicho cambio, sea el que sea, provoque un efecto específico, es algo que nadie sabe todavía.
Vía: io9.