Los adultos que dicen realizar niveles altos o moderados de actividad física presentan mejores niveles totales de salud mental que los que mueven menos el esqueleto. Éste es el resultado de un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física (INEF) y el Deporte de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), en colaboración con la Universidad Europea (UEM).
Además de esta conclusión, los expertos también han encontrado que el nivel de ejercicio realizado en el tiempo libre está inversamente relacionado con la vulnerabilidad a los trastornos mentales. Es decir, cuanto más deporte se realice, menos probabilidades tendremos de desarrollar un trastorno mental.
Ambos hallazgos podrían ser tenidos en cuenta en el desarrollo de políticas y estrategias encaminadas a mejorar la salud de la población con un uso más eficiente de los recursos sanitarios.
Deterioro de la salud mental
El deterioro de la salud mental se percibe con creciente preocupación, sobre todo en las sociedades con mayores índices de desarrollo económico. Básicamente porque consumen una gran cantidad de recursos de salud y pueden ser uno de los principales motivos de medicalización de la vida cotidiana.
Las estrategias para reducir la incidencia de estas enfermedades son, por lo tanto, cada vez más necesarias. Sobre todo en lo concerniente a su prevención y afrontamiento proactivo, que en definitiva es lo que a la larga puede ahorrar más dinero a los sistemas sanitarios. En este contexto, el equipo de investigadores ha realizado un estudio que revela la relación existente entre la actividad física y la salud mental en una muestra de población de la Comunidad de Madrid entre 15 y 74 años de edad.
El objetivo del estudio fue evaluar la posible relación entre la actividad física y los niveles de salud mental mediante el análisis de si tal relación ha cambiado en términos de actividad física (baja, moderada, alta) y la situación en que se realizó (trabajo, desplazamientos u ocio). Entre los objetivos también se encontraba tratar de evaluar si la actividad física podría asociarse con una mayor o menor vulnerabilidad a los trastornos mentales.
De entrada, los primeros resultados mostraron que el 15% de los participantes sufria algún tipo de trastorno mental, y que el 19,8% no eran lo suficientemente activos de acuerdo con las recomendaciones actuales.
Y en general, los resultados mostraron mejores niveles de salud mental relacionados con un mayor nivel de deporte en el tiempo libre y en todos los ámbitos de la vida cotidiana (aquí se suma la actividad relacionada con tres aspectos: trabajo, desplazamiento y ocio).
Teniendo en cuenta sólo la actividad física realizada en el tiempo libre, el riesgo de sufrir patologías de salud mental entre la población “suficientemente activa” se redujo hasta un 56% en comparación con la población “insuficientemente activa”.
Si bien esta asociación entre la actividad física y la salud mental se ha constatado ya en estudios previos, aún existen lagunas en los conocimientos relacionados con los mecanismos que la regulan. Esto hace necesario más investigación sobre el asunto.
Fuente | Universidad Politécnica de Madrid