Por nuestra creencia de que el ser humano es el ombligo del mundo muchas veces nos olvidamos de que lo que nos afecta a nosotros también afecta al resto de seres vivos. Es el caso de la radiación ultravioleta, entre otros. Mucha gente piensa que debajo del agua no pasa nada, estamos protegidos contra la radiación solar. Pero es una creencia errónea, que aunque el agua esté fresca te quemas igual. Puede parecer una tontería esta aclaración pero es que he oído decir muchas veces el “métete al agua y así no te quemas”. Bien, pues igual que a nosotros nos afectan los rayos del sol, a los animales marinos también.
Hasta ahora, desde la erosión de la capa de ozono en los años 70-80 no se habían cuantificado los daños causados por la radiación UVB, un tipo de radiación ultravioleta menos conocida que la UVA pero más peligrosa. Los rayos UVB son más elevados en Primavera siendo las zonas más afectadas las latitudes altas del hemisferio Sur.
Según el estudio realizado por un grupo de investigadores a nivel internacional en que ha colaborado el CSIC, el aumento de los rayos UVB ha generado un aumento importante en la mortalidad de los organismos marinos, siendo los más sensibles los corales, crustáceos y larvas y huevos de peces.
Como datos que aporta Moira Llabrés, investigadora del CSIC, se ha comprobado que reduciendo la exposición a los rayos UVB se consigue descender hasta un 81% la tasa de mortalidad en larvas de peces comerciales como el bacalao o la anchoa. Del mismo modo, si se incrementase en un 15% la radiación UVB el daño causado a los organismos marinos sería del 59%. Son cifras bastante importantes como para no tenerlas en cuenta.
La reducción drástica de corales y del krill podría estar relacionada
Con este estudio también se plantea la hipótesis de que el aumento de la temperatura no sea la única causa ambiental ligada a la disminución de los corales en zonas tropicales y subtropicales. La razón es que los corales constituyen uno de los grupos más sensibles a este tipo de radiación. En la imagen de portada os he puesto una foto de un arrecife de coral del Mar Rojo, no hace falta irse a Australia para ver cosas tan bonitas como esta.
Otro gran afectado es el krill, un pequeño crustáceo que forma grandes bancos, base de muchas cadenas tróficas, al que podemos ver en la imagen superior. Su población ha disminuido hasta 60 veces en el Océano del Sur desde 1970 hasta 2003, coincidiendo con un aumento considerable de la UVB en el mismo intervalo de tiempo en dicho océano.
Lo que más me ha sorprendido de esta noticia es que a día de hoy nadie se hubiera planteado en cuantificar los daños de la radiación UVB en el océano. Sigo diciendo, y lo seguiré haciendo por mucho tiempo, que los océanos son demasiado importantes como darlos de lado.