El omeprazol, como muchos de vosotros ya sabréis, suele conocerse y usarse como la panacea de los dolores de estómago a modo de “protector de estómago“, cosa que os desmentimos hace tiempo. Por su parte, recientemente también se relacionó el omeprazol con un aumento del riesgo de infarto (recordemos que esto siempre en dosis excesivas, y sin seguimiento médico adecuado).
Ahora el omeprazol vuelve a la palestra, y es que un reciente estudio publicado en la revista Gut ha encontrado un nuevo riesgo al abuso de este fármaco: Mayor riesgo de infecciones.
El omeprazol y las infecciones intestinales
El estudio, a cargo de los investigadores del Kings College de Londres, parece haber demostrado que la familia de los fármacos inhibidores de la bomba de protones o IBP (con el omeprazol como gran ejemplo) podrían favorecer que algunos pacientes sean más propensos a sufrir infecciones al alterar su flora intestinal.
Este tipo de fármacos actúan impidiendo la formación de ácido estomacal, cosa beneficiosa si se pretenden prevenir las úlceras y reducir el reflujo gástrico, pero no para disminuir el malestar tras un consumo excesivo de comida como muchos individuos suelen usarlo.
En estudios anteriores, como un reciente trabajo de 2012 publicado en el American Journal of Gastroenterology, ya habían relacionado el omeprazol y otros IBP con un mayor riesgo de diarrea causada por la bacteria Clostridium difficile en determinados pacientes, pero este nuevo estudio ha llegado a ver relación con otros microorganismos como el Streptococcus pneumoniae, causante de neumonía bacteriana.
Omeprazol: El beneficio supera a los riesgos, si se usa bien
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores compararon muestras de heces de más de 1.800 gemelos (uno de los hermanos tomaba el fármaco y el otro no). Tras el análisis, aquellos que consumían omeprazol u otros IBP presentaba más bacterias de la familia Streptococcaceae, de la cual provienen las cepas de Streptococcus y Lactococcus, y que normalmente solo deberían verse en la boca y la piel.
Según los investigadores, los IBP reducirían la barrera natural de ácido estomacal, permitiendo a estas bacterias propias de otras zonas corporales llegar al intestino y causar problemas. Es importante destacar que esta situación causaria problemas solo a algunos pacientes (enfermos crónicos, inmunodeprimidos o pacientes de edades avanzadas).
Los investigadores opinan que, aún así, este tipo de fármacos son seguros y eficaces siempre que se usen para su función original: Tratar úlceras y la inflamación causada por exceso de ácido, donde los beneficios ganarían a los riesgos.
Aún así, como siempre advertimos, harán falta más estudios al respecto para confirmar estos hallazgos.
Vía | Redacción Médica.
Fuente | Gut.