La fusión nuclear es uno de los métodos más prometedores para obtener energía, de forma limpia, que existen. Sin embargo, los físicos se encuentran con un sinfín de problemas que solventar antes de poder llevarlo a cabo eficientemente, de modo que cada vez que una de estas barreras es superada, supone una gran celebración para la ciencia. Por eso, los científicos del Instituto Max Planck, de Alemania, tienen ahora un gran motivo para descorchar una botella de champán. En este artículo os cuento por qué.
¿Qué es la fusión nuclear?
Antes de hablar de avances en fusión nuclear conviene recordar en qué consiste, aunque ya os lo contamos en otro post. Se trata de un proceso por el cual dos núcleos atómicos de carga similar chocan y se unen, dando lugar a un núcleo nuevo, más pesado. En este proceso se puede liberar o absorber una gran cantidad de energía, pasando a la materia a lo que se conoce como un estado plasmático. Si los núcleos son de menor masa que el hierro se ibera energía, mientras que, si es mayor, se absorbe. Por lo tanto, utilizando núcleos poco pesados, se podría obtener una gran cantidad de energía aprovechable. De hecho, éste es el proceso responsable de la inmensa producción de energía que tiene lugar en las estrellas, incluido el Sol, pero ellas gozan de ventajas que nosotros no tenemos, por lo que hacerlo de forma eficiente aquí en la Tierra aún es algo que se encuentra en proceso de experimentación.
¿Qué es el plasma de hidrógeno?
Cuando se produce la fusión nuclear, la materia pasa a lo que se conoce como estado plasmático. Este estado (sí, no son sólo tres estados, en el colegio nos engañaron)se corresponde con un fluido en el cual, algunas de sus partículas, están cargadas eléctricamente. Suele aparecer como resultado de un gran calentamiento de los gases, por lo que no es extraño que aparezca de forma natural en los rayos de las tormentas o en el Sol y otras estrellas.
Grandes avances
Como os decía, reproducir en la Tierra lo que ocurre en las estrellas es imposible. Esto se debe a que nosotros no podemos utilizar el efecto túnel, una cualidad cuántica por la que, a grandes rasgos, las partículas tienen probabilidad nula de sufrir procesos que, en condiciones normales, necesitan más energía. Así, ellas se ahorran el gasto, mientras que aquí abajo a duras penas se puede producir más de lo que se gasta. Por eso, conseguir producir plasma en un reactor de fusión nuclear y, por lo tanto, generar energía, supone un gran avance. Tanto, que ha sido la propia canciller Angela Merckel, doctora en física, la que ha pulsado el botón que pondría en marcha el reactor W7X, en el que estos mismos físicos ya consiguieron producir plasma de helio el pasado mes de diciembre. Ahora lo han vuelto a hacer, pero esta vez con hidrógeno, mucho más difícil de lograr, pero mucho más eficiente.
Sin embargo, curiosamente, esta último obtención podría no haber sido posible si previamente no hubiesen producido plasma de helio, pues los científicos afirman que ese plasma podría haber limpiado las partículas de suciedad presentes en el generador, que habrían dificultado la obtención del plasma de hidrógeno.
Por lo tanto, aunque aún queda mucho para que este proceso sea realmente eficiente, poco a poco se van dando grandes pasos para esta forma de obtención de energía limpia. Como dicen los investigadores que lo han logrado, “no están trabajando para ellos, sino para sus hijos y sus nietos”. Nosotros decidimos lo que queremos para nuestros descendientes. Podemos contribuir para que la ciencia les regale un mundo mejor o, por el contrario, terminar de destruirlo. No parece una difícil elección.
Vía: IFL Science