En el futuro podremos imprimir cámaras fotográficas de grafeno en casa

cameraEl grafeno está en boga. Se conoce desde hace décadas y hasta hace poco nadie le prestaba mucha antención; sin embargo, a día de hoy, se anuncia como la panacea de la electrónica. El material de un futuro de ciencia ficción. Sus aplicaciones (posibles, de momento hay pocas concretas) son ya incontables, y cada poco tiempo surgen nuevas ideas que parecen dignas del mismo Asimov. La de hoy es de esas que roza la magia: cámaras que se pueden imprir en casa.

Bueno, quizás me he pasado un poco de la emoción, realmente no hablamos de cámaras completas, más bien del sensor fotográfico; pero al fin y al cabo es lo fundamental de una cámara. Mediante impresoras tradicionales Felice Torrisi cree posible que en un futuro no muy lejano podamos imprimir fotosensores a bajo coste. Más aún, debido a su estructura en 2 dimensiones y las propiedades ya conocidas del grafeno, estas cámaras serían flexibles y ligeras por lo que podrían colocarse tanto en dispositivos móviles como en ropa, calzado, plantas…

Esta fantástica idea le ha valido a Felice una beca en la Fundación Nacional de Física de China en la cual desarrollará durante los próximos 18 meses su visión de la nueva fotografía portable. Pero las aplicaciones no son solo en fotografía, ya que mediante distintos diseños podrían crearse todo tipo de dispositivos fotosensibles como sensores de luminosidad, fotocélulas como las del ascensor, en incluso sensores de los que se utilizan en muchos aparatos médicos; y todo esto impreso en casa en el momento y flexible.

Estos aparatos electrónicos serían además mucho más eficientes que los actuales basados en silicio, debido a que la creación de pares electrón-hueco (necesarios para la conductividad eléctrica) es mucho mayor en el grafeno. Sin olvidar que existe mucha mayor cantidad de carbono que de silicio, y que el primero es mucho más sencillo y menos contaminante de obtener.

Así que nos toca lo de siempre: esperar. El futuro pinta maravilloso, pero no sucederá mañana. En electrónica, especialmente para comercialización en masa, hay que ser pacientes y estar preparados a esperar al menos 5-10 años antes de poder disfrutar de las maravillas con las que ya nos endulzan la boca.

Fuente: Phys.org

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