A primera vista pensaréis: “Si ya existe el código Braille, donde se usa el tacto para que los individuos ciegos puedan leer”. Y si, es verdad, pero hoy no hablamos de un nuevo código, sino de una forma de reorganización cerebral para poder aprovechar las áreas cerebrales de la visión, las cuales se pensaba que se quedaban inutilizadas al quedarse privado de la visión. Pero nada más lejos de la realidad, ya que nuestro cuerpo es más listo de lo que imaginamos, y nuestro cerebro es muy flexible.
Según un estudio recientemente publicado en la revista Neuron, las áreas cerebrales dedicadas a procesar la información visual (las que “traducen” lo que ven nuestros ojos) pueden aprender a procesar esta información pero, en lugar de usar la vista, usando los sonidos, incluso tras varios años de ceguera o incluso con ceguera permanente.
Según el autor principal del estudio, Amir Amedi, del Edmond and lily Safra Center for Brain Sciences y el Instituto de Investigación Médica de Israel-Canada en la Escuela de Medicina de la Universidad de Hebrew, el cerebro es bastante más flexible de lo que se pensaba. En sus estudios, él y sus colaboradores lograron enseñar a individuos ciegos de nacimiento y ya adultos a usar dispositivos de sustitución sensorial (SSD), un tipo de aparatos que ayudan a percibir información visual mediante los otros sentidos que se mantienen intactos.
Por ejemplo, si se usa un dispositivo visual – auditivo, las imágenes captadas por una cámara de vídeo se convierten en sonidos, que representaran las imágenes, permitiendo al usuario del aparato escuchar e interpretar la información visual (en definitiva, será como “ver” los sonidos).
Con estos aparatos, las personas ciegas pueden utilizar los dispositivos para aprender a leer, ya que los sonidos representan imágenes visuales de las letras, donde participará un área concreta del cerebro llamada VWFA o Área visual de la formación de palabras, que normalmente se activa en las personas que si pueden ver cuando miran y leen letras.
Pero no solo de lectura vive nuestra vista, así pues los SSDs también pueden reconocer con sonidos los paisajes u otras imágenes como rostros, caras o partes del cuerpo. En definitiva, son una esperanza para poder restaurar la visión compleja, de una forma alternativa, en individuos ciegos, y también podrían ser usados para la rehabilitación visual.
Así lo afirma el Profesor Amedi:
“Los SSD podrían ayudar a las personas ciegas o con discapacidad visual a procesar imágenes complejas como conseguimos en este estudio, o incluso podrían ser usados como intérpretes sensoriales que proporcionan una alta resolución de entrada de apoyo a una señal visual que llega desde un dispositivo externo”
Por tanto, parece ser que se abre una nueva forma de “ver” el mundo para los individuos ciegos o con algún déficit visual, y nunca mejor dicho.
Vía: Science Daily.