A veces tengo la sensación de que en MedCiencia nos repetimos una y otra vez con los mismos conceptos, pero luego me digo a mi mismo que no es suficiente, y que nunca va mal volver a repetir aspectos que son importantes en nuestro día a día y para toda la vida. Por una parte tenemos el ejercicio físico, que no ha dejado de demostrar su importancia para la salud y para evitar múltiples riesgos de una gran variedad de enfermedades. Y, por el otro lado, más importante aún si cabe, tenemos la alimentación saludable, tan poco respetada en nuestros días y la verdadera responsable en esencia de que se haya producido un aumento de nuestra esperanza de vida en las últimas décadas.
Di NO a las “dietas milagro”
Si me permitís, para poder hacer la crítica más amena, en el concepto de “dieta milagro“ también incluiremos las famosas “dietas detox” que se ponen tan de moda en los momentos post-fiestas (Navidad, en este caso, aunque ya haya pasado más de un mes). Este tipo de dietas, como su nombre indica, intentan llevar a cabo justamente eso, milagros, pues las cosas no son ni tan fáciles, ni tan asequibles, ni tienen esos buenos resultados. Si alguien nos promete adelgazar X kilos en un tiempo imposible, nuestro sentido común debería decirnos: ¡OJO, te están timando!
Nuestro cuerpo no lleva bien la obesidad, nuestros huesos, músculos y piel se resienten por ella; pero, por otra parte, tampoco lleva bien el adelgazamiento repentino y potente. Es decir, lo “ideal”, si intentamos perder peso, es alrededor de 0,5kg semanales y de forma controlada (no vale perder por perder, sino llevando una alimentación adecuada e intentando que sea en forma de grasa, y no también músculo, que puede llevarnos a una desnutrición). Las prisas no son buenas compañeras, y las legendarias “operaciones bikini” tan odiadas por nosotros, los profesionales de la salud, deberían haber dejado de existir hace mucho tiempo, pero las prisas por conseguir lo imposible las mantienen ahí. Tener un “cuerpo 10″ en un mes no es factible, ni estéticamente ni, mucho más importante, a nivel de salud.
Alimentación saludable: TODO EL AÑO
Ahora sí recalcaremos un concepto que hemos machacado una y otra, y otra vez: La alimentación saludable. No hablamos de llevar una dieta, ni de “comer extremadamente bien” como he oído decir a más de una persona, sino que se trata de saber comer, saber qué cantidades y qué nutrientes necesitamos en cada una de nuestras comidas.
¿Cómo es posible que esté bien visto hacer dietas detox post-fiestas, o dietas milagro u operaciones bikini antes del verano, y sea tan raro que alguien quiera comer ensaladas o verduras por placer, o por gusto, todo el año? ¿Hasta ese punto nos ha bombardeado la publicidad para criticar precisamente lo que sí es bueno y saludable?
En este ámbito, parece que estamos empezando a ver movimientos dignos de admirar en post de la alimentación saludable, y uno de ellos es la alimentación saludable con Lidl, pues este supermercado ha lanzado su campaña de productos frescos, naturales y sostenibles, basados como no podía ser de otra manera en nuestra querida Dieta Mediterránea.
Para acabar, y con el peligro de ser pesado y volver a repetirme, creo que es importante recordar por qué le damos tanta importancia a la Dieta Mediterránea, ya sea aquí en España o al otro lado del charco, donde conocidos medios de comunicación ya abogan por ella:
– Ha demostrado poder prevenir la diabetes tipo 2.
– Ha demostrado contener moléculas que podrían proteger contra el cáncer.
– Ha demostrado poder aumentar la felicidad, gracias a su gran cantidad de frutas y verduras, cuyo consumo contribuye a dicho aumento de felicidad según los estudios.
– Ha demostrado contener todos y cada uno de los nutrientes necesarios que toda alimentación saludable debería tener.
– Por último, la Dieta Mediterránea ha demostrado contribuir a la disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Ahora, hablemos enserio, ¿dónde está la excusa para no llevar a cabo, desde YA, una alimentación saludable?