Ya hemos hablado en varias ocasiones, largo y tendido, sobre una enfermedad que por el momento es incurable como el dolor crónico. Poco a poco han ido apareciendo diferentes y potenciales vías de tratamiento, como podrían ser las caracolas venenosas, o incluso el cannabis o marihuana (aunque este último solo hace el dolor soportable, aunque no lo reduce realmente). Finalmente, hace poco comentamos lo importante que era dormir correctamente y en la cantidad de tiempo adecuada para sobrellevar mejor este tipo de dolor. Sin embargo, ¿y si pudiésemos atacar el dolor directamente desde su origen en el sistema nervioso? Eso precisamente es lo que podría conseguir la neuromodulación.
Implantes nerviosos para modular el dolor
Realmente la bioelectrónica está ganando cada vez más impulso en el campo médico, pues sus potenciales beneficios son bastante prometedores en algunas enfermedades crónicas e inflamatorias. Algunas de ellas, como podrían ser las enfermedades autoinmunes tipo Artritis Reumatoide, o Enfermedad de Crohn, han necesitado el uso de fármacos biológicos con sus correspondientes inyecciones frecuentes y efectos secundarios terriblemente peligrosos. Pero usar un implante del tamaño de una moneda podría ser la respuesta a este tipo de síndromes que se hacen resistentes al tratamiento, como bien comenta Kevin Tracey, fundador de la empresa de bioelectrónica SetPoint, líder en el campo de los implantes nerviosos.
De hecho, esta empresa ya tiene experiencia con el trato de este tipo de enfermedades, pues en septiembre del pasado 2011 lanzaron el primer ensayo clínico para poder tratar la Artritis Reumatoide mediante un neuroestimulador implantable que enviaba leves choques eléctricos al nervio vago, responsable de la inflamación corporal. Dicho implante consiguió reducir los síntomas en dos tercios de los 18 pacientes del estudio (no, no fueron muchos, pero fue un primer estudio y tuvo buenos resultados).
“Un paciente recibe un implante como este para su enfermedad, y ya está. No necesita recetas, ni medicación, ni inyecciones. Es el futuro”
Los problemas de esta terapia futurista
Por otra parte, como sucede en todo, aún quedan algunos flecos por pulir. Como todo sistema, los implantes no son perfectos. El tamaño del implante neuromodulador en si mismo es perfecto, pues es una miniatura ideal. Sin embargo, esto tan solo es el implante. Por su parte están los electrodos, el microprocesador, la batería y el transmisor que por el momento ocupan un espacio considerable, pero en un futuro podrían reducirse al tamaño de un haba, al menos según los planes de Bryan McLaughlin, director de desarrollo de bioelectrónica del Laboratorio Draper Charles de Cambridge.
Finalmente, tenemos el tema de la seguridad, pues al necesitar una conexión inalámbrica estos biodispositivos podrían dejar muy vulnerables a los pacientes frente al ataque de hackers externos, aunque por el momento no se ha registrado ningún ataque de este tipo, pero existe la posibilidad.
Vía | Fierce Medical Devices.