La ciencia es un saber objetivo, con reglas muy bien establecidas y controles estrictos que aseguran que sus verdades son comprobables y válidas globalmente. Pero eso no quiere decir que uno no pueda divertirse utilizando la ciencia y un poco de ingenio. Hoy vamos a proponeros 4 pequeños experimentos/juegos que podéis realizar de forma sencilla y que resultan no solo divertidos sino también instructivos.
El buzo de Descartes
Para empezar vamos a hablar de uno que ya hemos mencionado aquí en otro artículo similar como es el buzo de descartes. No nos gusta repetirnos así que os dejamos un pequeño vídeo donde se muestra dicho efecto y para la explicación os remitimos al artículo anterior. Este experimento es una de las mejores ilustraciones de que dentro de un fluído la presión es la misma en todas direcciones.
La bolsa de Bernouilli
El siguiente experimento requiere de una bolsa grande y alargada, las venden específicamente para este experimento, pero seguro que encontráis algo válido por ahí. Lo importante es que no seáis capaces de llenarla con un soplido (salvo conociendo el truco de Bernouilli). La idea de este experimento es llenar esta bolsa enorme de un solo soplido.
Puede parecer imposible, pero ya veréis que no. Necesitamos más aire del que cabe en nuestros pulmones, así que necesitaremos ayuda. Nuestro aliada para esta tarea será la presión atmosférica. El proceso consiste en abrir la boca de la bolsa con ayuda de las manos, y soplar a una cierta distancia. Veremos como casi por arte de magia la bolsa se llena completamente sin esfuerzo.
Esto se debe a que al soplar movemos el aire justo delante de nuestra boca creando un vacío de presión. Entonces la presión atmosférica empuja el aire alrededor de este vacío para compensar y gracias a la inercia que hemos imprimido soplando el aire alrededor nuestro también entrará en la bolsa sin que nosotros tengamos que moverlo directamente.
Hasta un niño puede llegar una bolsa de más de 20-30litros con buena técnica y poco esfuerzo.
El experimento de la pistola de lacasitos
Nadie puede negar que el experimento tiene un nombre llamativo. Desgraciadamente esta pistola no lanza lacasitos, solo tapones, pero sigue siendo muy espectacular.
Para este experimento se necesita un bote de la lacasitos vacío (si no está vacío, vaciadlo), alcohol, un encendedor de cocina, cable, un par de alfileres y, lo más importante, SUPERVISIÓN ADULTA.
Procedemos en primer lugar a clavar las alfileres en la parte de abajo del bote de lacasitos, haciendo que las puntas no se toquen, pero casi. Usando los cables conectamos cada alfiler a uno de los extremos del encendedor de cocina. Es mejor usar cables largos para evitar problemas de movilidad. Una vez hecho esto, comprobamos que al presionar el botón del encendedor salta una chispa entre las alfileres.
Una vez hecha toda la preparación dejamos caer dentro del bote 3-4 gotas de alcohol 97-99% de pureza y tapamos el bote. Esperamos un poco, mejor si vamos agitando o calentando con las manos mientras tanto. Pasados unos 30 segundos dejamos el bote sobre una superficie plana apuntando hacia arriba lejos de cualquier persona objeto frágil y le damos al encendedor. Veremos que el tapón sale despedido a gran velocidad. En un espacio abierto puede llegar a más 40metros de distancia si apuntamos bien.
Esto se produce porque el alcohol es inflamable. Cuando se evapora y hacemos saltar la chispa, esta prende el alcohol en un gran estallido. Esta gran cantidad de energía liberada se debe a los enlaces químicos que se rompen para fomar otros nuevos mucho menos energéticos; la diferencia de energía se libera como un gran estallido.
El pájaro bebedor
Para terminar, queremos hacer mención especial para el pájaro bebedor del que ya os hemos hablado hace varias semanas y que aunque no se puede contruir en casa de forma casera, sigue siendo uno de mis “aparatitos” favoritos en lo que a física aplicada se refiere.
Como siempre animaros a comentar, preguntar y sugerir lo que creáis conveniente en los comentarios.