Existen muchos tipos de personalidades y muchas formas de encarar la vida y el día a día (llegando en algunos casos a personalidades patológicas). Es por ello que algunos factores de la personalidad, como la ansiedad o la tendencia a la preocupación, pueden llegar a ocasionarnos malas pasadas. Y no solo eso, sino que a largo plazo podría incluso condicionar nuestro estatus social, como bien indica un reciente estudio por parte de los neurocientíficos de la EPFL publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.
La ansiedad y el estatus social
De hecho, según estos investigadores, existiría una región cerebral que relacionaría la ansiedad con un bajo estatus social; en otras palabras, la jerarquía social podría afectarse por el mero temperamento ansioso.
Como ya sabéis, existen personas que encaran el día a día con relax y tranquilidad, mientras que otras son puro nervio y preocupación. Cuando esto se produce de forma cotidiana, hablamos de “rasgo” ansioso, y puede tener serias consecuencias en la vida (como el dolor crónico o la toma de decisiones). En el caso de la sociedad humana, y según este reciente trabajo, la ansiedad podría llevar a una persona a la desventaja de sentirse ignorado y rechazado, llegando a la llamada “subordinación social”. Y esto, según los neurocientíficos, podría tener una relación directa en el cerebro.
Animales y seres humanos comparten la relación entre ansiedad y estatus social
En el Reino Animal en general la jerarquía social se decide por la competencia, la cual se ve influenciada por múltiples factores. En este caso hablaríamos de competencia social, influenciada por la personalidad, donde el rasgo ansioso sería una clara desventaja.
Para la investigación comprobaron esta hipótesis en ratas: Las categorizaron según el espectro de ansiedad, de bajo rasgo de ansiedad hasta alto rasgo. Se sometió a las ratas a diversas pruebas de comportamiento para competencias sociales, encarando ratas con alta rasgo de ansiedad con otras con bajo rasgo ansioso; y se las clasificó y analizó estadísticamente. Posteriormente, se examinó el cerebro de las ratas para determinar cambios a nivel biológico.
Según los hallazgos, el área cerebral conocida como “núcleo accumbens” (asociada a la motivación, recompensa y depresión en seres humanos) tenía un metabolismo reducido en las ratas con alto rasgo ansioso, las cuales a su vez habían adquirido un bajo estatus social entre sus congéneres.
¿Es posible manipular el estatus social mediante medicación?
Durante los experimentos también se comprobó el grado de manipulación de esta área cerebral: Se usaron compuestos con vitamina B3 para bloquear el núcleo accumens en aquellas ratas con baja ansiedad. Como resultado, su estatus social cayó.
En contrapartida, las ratas con elevado rasgo ansioso recibieron potenciadores del núcleo accumbens, dando lugar a una mejora de su estatus social. Sin embargo, los efectos no eran permanentes, ya que cuando el fármaco dejó de hacer efecto los beneficios desaparecieron.
Conclusiones
Como conclusión podemos ver que el rasgo de ansiedad tiene una gran influencia en el estatus social, dando lugar a una bajada en la jerarquía social. Por otro lado, esto puede ser manipulado mediante fármacos (potenciando el núcleo accumbens), y mejoranro el rango social personal. Sin embargo, los investigadores piden cautela, pues las interacciones sociales son un mundo complejo con muchos factores a tener en cuenta.
Aún así, es un gran paso para poder seguir el estudio de los diversos trastornos de personalidad y conducta social.
Vía | Neuroscience News.
Fuente | PNAS.