El océano, ese gran desconocido, nos deja otra increíble sorpresa. Hasta ahora, se estimaba que la biomasa total de peces que viven en la zona mesopelágica (zona que abarca desde los 200 hasta los 1.000 metros de profundidad) era de 1.000 millones de toneladas, una cifra nada desdeñable. Ahora, un equipo de investigadores que cuenta con la participación del CSIC ha descubierto que la estimación actual podría ser, al menos, 10 veces superior. Los resultados del estudio se publican en la revista Nature Communications.
Los resultados del estudio son fruto de la expedición Malaspina, de la que ya habíamos hablado en MedCiencia en otra ocasión. Durante las 32.000 millas náuticas que recorrieron durante la circunnavegación, los científicos tomaron medidas entre los 40°N y los 40°S en la zona mesopelágica durante el día. Los resultados están basados en observaciones acústicas.
Los peces que habitan en la zona mesopelágica, como los peces linterna (Myctophidae, como el que vemos en la foto de portada) y los ciclotónidos (Gonostomatidae), son los vertebrados más numerosos de la biosfera y a la vez los grandes desconocidos del océano abierto, ya que existen lagunas en el conocimiento de su biología, ecología, adaptación y biomasa global.
El líder del proyecto Malaspina, Carlos Duarte, explica que los datos sobre el número total de peces mesopelágicos estaba basado en los datos que aportaba la pesca de arrastre, información que resulta sesgada porque se sabe que este tipo de peces es capaz de detectar las redes y huir.
Los peces mesopelágicos y el flujo de carbono orgánico
El hecho de conocer que la estimación de la biomasa es 10 veces superior a lo estimado también tienen sus implicaciones en el flujo de carbono orgánico en el océano. Los peces mesopelágicos suben de noche a las capas altas del océano para alimentarse y de día vuelven a bajar para evitar a sus predadores. De esta manera se consigue acelerar el transporte de materia orgánica hacia el interior del océano porque en vez de hundirse lentamente desde la superficie, se transporta con rapidez hasta los 500 y 700 metros de profundidad y es liberada en forma de heces.
Según los expertos, el fenómeno de la excreción de material procedente de la superficie podría explicar en parte la inesperada respiración microbiana en las profundidades de los océanos. Significaría que los peces mesopelágicos serían el enlace entre el plancton y los predadores superiores, y tendrían un papel clave en la disminución del oxígeno de las profundidades del océano abierto.
Fuente: CSIC