La obesidad es un tema que está teniendo mucha importancia en la actualidad debido a que cada vez son más las personas que presentan un peso superior a lo recomendable. Desde el punto de vista sanitario, este panorama es desolador si tenemos en cuenta todos los problemas de salud asociados a la obesidad que no son solo a largo plazo, sino también a corto plazo. Pero también hay que considerar la esfera económica sin lugar a dudas, pues existe un tremendo gasto económico para tratar todas las enfermedades relacionadas con el aumento de peso que, precisamente, son crónicas.
Hace poco se publicó un estudio que demostraba que la obesidad puede acelerar la pubertad; ahora, se ha analizado si los adultos con obesidad que fueron obesos durante su adolescencia tienen un mayor riesgo de padecer problemas de salud que aquéllos que no lo fueron.
El estudio, publicado en la revista Pediatrics, ha sido dirigido por investigadores del Cincinnaty Children’s Hospital Medical Center y del University of Pittsburgh y ha contado con la participación de 1.502 adultos, de entre 19 y 76 años, con obesidad severa; dicho en otras palabras, con un índice de masa corporal (IMC) igual o superior a 35.
Se recopiló la altura y el peso de cada uno de los participantes cuando tuvieron 18 años para calcular el índice de masa corporal a esa edad; obtuvieron que el 42% de los individuos eran normopesos con 18 años, el 29% fueron obesos y el 13% padecían obesidad severa. Posteriormente, se evaluaron sus condiciones médicas asociadas a la obesidad.
Como ya os podéis imaginar, los resultados fueron claramente negativos para los que venían arrastrando la obesidad desde la juventud; es decir, la obesidad en la adolescencia predispone a un mayor riesgo de problemas de salud en la etapa adulta. Comparados con los participantes que presentaban un peso normal durante la adolescencia, los que sí fueron obesos a esa edad eran:
- Cuatro veces más propensos a tener las piernas hinchadas y úlceras en la piel.
- Tres veces más propensos a padecer limitaciones al andar y una función alterada del riñón.
- Más propensos a padecer el síndrome del ovario poliquístico, asma, diabetes y apnea obstructiva del sueño.
“Como el número de niños con obesidad severa continúa creciendo, es importante para los pediatras informar a las familias acerca de los problemas de salud a corto y largo plazo relacionados con este aumento de peso. […] Estos descubrimientos subrayan la importancia de las intervenciones en niños para prevenir la progresión de la obesidad en la adolescencia y los primeros años de la etapa adulta”, comentan el Dr. Inge y el Dr. David R. Flum, coautores del estudio.
Como no me dejan indiferente los resultados de este estudio y todos los demás que se han publicado sobre los efectos de la obesidad en la salud, me gustaría finalizar con una breve reflexión sobre el tema. Para encasillar el debate como es debido, creo conveniente empezar con la siguiente pregunta: ¿quieres vivir más años y con una mejor calidad de vida?, ¿o por el contrario deseas morir joven y de una manera agonizante, sin disponer apenas de movilidad por culpa de la gordura? ¡Pero ojo!, cuidarse no solo significa mirar hacia el futuro, sino también al presente: disfrutar de tu imagen corporal a la par que sentirse joven se convierte en un perfecto estimulante de bienestar psicológico muy necesario en nuestros días.
Yo, como estudiante de medicina, me he percatado de lo poco que se valora la salud cuando nos encontramos sanos, y lo bien que lo añoramos cuando enfermamos, cómo si la vida nos tuviera que dar un revés para que realmente valoremos lo que tenemos. Si en nuestras manos se encuentra el seguir un estilo de vida saludable y evitar toda la cantidad de problemas productos de la obesidad que son prácticamente innumerables, ¿por qué una gran cantidad de gente, aun conociendo lo que ello conlleva, opta por destruir su cuerpo poco a poco? Nuestro cuerpo es un gran regalo de la vida; por tanto, es nuestro deber cuidarlo.
Fuente: Medical News Today