Nos pasamos cerca de 23 años de nuestra vida durmiendo, ¿se dice pronto verdad? Por fortuna, la mayoría de las personas pasan está práctica sin dificultad, o con alguna que otra pesadilla o noche de insomnio.
Sin embargo, el pequeño colectivo que experimenta trastornos en la conducta durante el sueño, conocidos como parasomnias, puede tener serios problemas en su día a día. Desde la sexsomnia al síndrome de la cabeza explosiva, en Medciencia os acercaremos 8 de estos curiosos e inquietantes trastornos.
1. Síndrome de bella durmiente
Aunque su nombre lo sugiera, no es ningún cuento. El síndrome de bella durmiente o síndrome de Kleine-Levin es un trastorno del sueño caracterizado por repetidos e inusuales episodios de larga estancia en cama, en los que el sujeto se encuentra demasiado cansado como para levantarse y aun despierto tiene sueño.
Seguramente os identifiquéis con este síndrome, así que para que despejéis la incógnita, debéis conocer que este síndrome consigue llevar a una persona a dormir 20 horas al día. Si fuera por dormir más de uno se quedaría en la cama todo el día, como es el caso de las dos chicas británicas, que sufrieron de este síndrome durante dos meses en los que solo se levantaban para ir al baño o comer.
Los síntomas pueden variar y generalmente su efecto no es gradual. Durante estos periodos, también pueden experimentar un aumento del apetito, hipersensibilidad y perdida de la noción de la realidad. Casi el 70% de los casos se dan en adolescentes.
2. Síndrome de la cabeza explosiva
Tu cabeza no va a estallar, pero casi. Este síndrome es el causante de un despertar acompañado de ruidos que parecen provenir de nuestra cabeza acompañados de destellos de luz. El ruido se asemeja al de una pistola o al de numerosos explosivos detonando cerca de nuestra cabeza, de ahí el nombre.
Además de que experimentemos una peli bélica cada mañana, este síndrome no trae consigo ningún otro efecto negativo, y los científicos afirman que su origen parece estar conectado a episodios de mucho estrés y fatiga. Afecta mayoritariamente a mujeres por encima de los 50.
3. Parálisis del sueño
Te levantas como cualquier otro día, pero… ¿no puedes moverte? La culpa no es de tu fuerza de voluntad, sino de este síndrome, causante de la parálisis de diferentes partes de nuestro cuerpo al levantarnos.
Una parte de nuestro cerebro ‘se despierta’ un poco antes que el resto de nuestro cuerpo, dándonos una sensación de alerta, aunque nuestros músculos sigan sin moverse. Para tranquilizaros un poco, decir que esta condición no es permanente, y que es un mecanismo que utiliza nuestro organismo para evitar que actuemos fuera de nuestros sueños y nos hagamos daño.
Su origen es similar al resto de los síndromes del sueño; episodios de estrés, falta de sueño o problemas durante el mismo.
4. Sexsomnia
Probablemente el más curioso de todos y el que más controversia puede ocasionar, llegándose a usar en tribunales como defensa ante la acusación de una violación. Consiste en la práctica sexual inconsciente durante el sueño que comprende desde la masturbación al acto sexual completo.
No sería tan malo si no fuese porque podría llevar al sujeto a practicar sexo indeseado con otra persona o a aumentar su apetito sexual (pudiendo acabar en violación). Los científicos han encontrado que estos ‘sexsomniacos‘ suelen presentar un mayor grado del síndrome si posee un historial con otros comportamientos nocturnos como el sonambulismo.
¿Qué factores están detrás de este síndrome? Drogas, alcohol, estrés, falta de sueño, y sobre todo, el contacto físico en la cama.
5. Insomnio familiar fatal
Considerada la peor enfermedad que puedes adquirir, es un caso raro de insomnio heredado en el que además de presentar esta ultima enfermedad, aparecen síntomas de cansancio, llegando al punto de presentar un coma y posteriormente, morir.
Es el peor regalo que te pueden hacer tus padres, pero tranquilo, se dieron solamente 27 casos en 2005. En este trastorno el área de nuestro cerebro al cargo de las capacidades motoras y cognitivas se deteriora, hasta ser fatal.
La muerte se produce desde 6 a 32 meses después de aparecer los síntomas, y aunque exista un test para su diagnóstico, aun no existe cura.
6. Borrachera del sueño
También conocido como despertar confusional, este trastorno nos hace sentir desorientados o mareados tras despertarnos como si se tratase de una intoxicación por alcohol. Según un estudio, esta condición afecta a una de cada 7 personas, en el que se encontró que el 37% de estas personas, sufrían también de una enfermedad mental.
No es de los trastornos más peligrosos, sin embargo, puede llevarnos a realizar acciones involuntarias, indeseadas o incluso violentas.
7. Síndrome de la fase de sueño retrasada
Se asemeja mucho a los síntomas que produce el jet lag, pero de una forma continua, variando constantemente nuestro reloj biológico, impidiéndonos pillar un ciclo de sueño estable. Mientras que todos nosotros poseemos un ciclo natural dentro de las 24 horas del día, las personas con este trastorno retrasan el ciclo natural un par de horas cada día, haciendo imposible llevar a cabo la rutina.
Este síndrome ocurre generalmente en personas que están visualmente impedidas, pues es la luz la que regula nuestro ciclo día-noche. Por fortuna, existe un remedio, que consiste en tratamiento con vitamina B-12, melatonina y la exposición al sol.
8. Síndrome del comedor nocturno
No, no es llegar a tu casa a las 5 a.m. muerto de hambre y arrasar con la nevera. El síndrome nos lleva a comer mientras estamos en estado de sueño, siendo la única evidencia los restos de comida que dejamos tras el atracón. Este síndrome puede llegar a ser especialmente peligroso si durante nuestro sonambulismo ingerimos alimentos que puedan presentarnos una alergia o intolerancia, utilizamos utensilios con los que podemos cortarnos, o utilizamos electrodoméstico que puedan ocasionarnos una quemadura o incluso producir un incendio.
Comemos poco durante el desayuno, más durante la cena que durante el almuerzo, y casi no nos preocupamos en cuánto o qué comemos, son los síntomas de este desorden. Pero no temáis, para paliar este síndrome existen una amplia gama de fármacos que nos ayudaran a parar el deseo inconsciente de nuestra mente de alimentarse cuándo no debe.
Fuente | salon