La depresión es uno de los trastornos mentales más frecuentes, y en esta época se incrementa aun más su aparición. Genera un profundo desánimo e insatisfacción que lleva a la infelicidad; en pocas palabras, la prolongación de un estado de ánimo decadente continuo. Es un trastorno difícil de tratar, y la mayor parte de su tratamiento depende del esfuerzo de uno mismo por salir de ella, y del apoyo de familiares y amigos.
Científicos de 7 universidades diferentes de Reino Unido han realizado un concilio en el que han puesto en común la intención de desarrollar un proyecto, que tenga como objetivo explotar la relación que existe entre los trastornos mentales y las deficiencias inmunes.
Cambridge, Cardiff, Glasgow, Oxford, Southampton, Sussex y el King’s College London se encuentran entre los componentes de este grupo, que han recibido el apoyo de diferentes compañías farmacéuticas y del Wellcome Trust recaudando ni más ni menos que 5 millones de libras.
Existe una relación entre depresión e inflamación y depende de nuestra respuesta inmune
Las últimas investigaciones han encontrado la existencia de una relación entre la depresión y la inflamación dependiente del comportamiento de la respuesta inmune en nuestro organismo. Aunque el mecanismo exacto de la respuesta inmune en los cambios de humor y su efecto en la progresión de condiciones como la depresión no se conoce totalmente, los indicios están claros, nos afirma Ed Bullmore, profesor de neurociencia en la Universidad de Cambridge.
Está claro que cuando padeces de una enfermedad inflamatoria, eres más reacio a padecer depresión, nos cuenta Bullmore, sin embargo, hasta el momento los indicios de una relación se quedaban ahí. Estudios recientes han demostrado que en los pacientes con hepatitis que eran tratados con interferon, fármaco que activa la respuesta inmune inflamatoria y combate el virus de la hepatitis, se encontró que pese a tratarse con eficacia la hepatitis, el 30-40% de los pacientes sufrían de depresión.
Pacientes que antes no padecían de depresión, presentaban la misma después de ser tratados con este medicamento que activa la respuesta inflamatoria; es la evidencia que demuestra que el sistema inmune influye de alguna manera en la aparición de la depresión dependiendo de la respuesta inflamatoria.
La investigación podría ser clave para el tratamiento del alzheimer
Otro de los miembros de este grupo, el profesor Simon Lovestone de la Universidad de Oxford, ha tomado este estudio con otro enfoque; conociendo que el uso de anti-inflamatorios puede reducir el riesgo de padecer Alzheimer, y que parte de los genes implicados en la regulación y expresión del Alzheimer participan también en la respuesta inflamatoria.
Aunque el proceso que los relacione no sea muy conciso, debemos entender como la inflamación afecta al progreso del Alzheimer, posteriormente podríamos usar anti-inflamatorios y comprobar si están adaptados al tratamiento de la demencia senil, -cuenta Lovestone.
Por el momento, el desarrollo de nuevos fármacos para el tratamiento de la depresión y el Alzheimer está en punto muerto, datándose el último fármaco antidepresivo desarrollado a más de 20 años. Por lo que aprovechar este conocimiento sobre la respuesta inmune podría suponer el éxito.
Fuente | University of Cambridge | The Guardian