Aunque, por una parte, según algunos estudios la creatividad se ha relacionado con una mejor posición en la selección sexual y a la hora de vivir más, también hemos hablado otras veces de ciertas relaciones entre la creatividad y los trastornos mentales. Hoy nos centramos específicamente en uno de esos trastornos, la depresión, y concretamente la depresión en estudiantes adolescentes.
Según un reciente estudio publicado por la Asociación Americana de Psicología, en la revista Psychology of Aesthetics, Creativity, and the Arts, los adolescentes que cursan actividades artísticas después del colegio, como música, teatro, pintura; son más propensos a sentirse deprimidos o tristes que los que no participan en estos programas.
El estudio se realizó con datos de la Encuesta Longitudinal de Juventud de EE.UU. con datos de 2.482 estudiantes de 15 a 16 años (1.238 mujeres; 27 % de raza negra, 19% hispanos y 54% blancos no hispanos), en los años 2002, 2004, 2006, 2008 y 2010.
Como dicen sus autores, este es el primer estudio que relaciona a los estudiantes jóvenes de artes con la depresión. Eso sí, su autora principal, Laura N. Young, del Boston College, puntualiza algunos conceptos:
“Esto no quiere decir que la depresión sea una condición necesaria para que un adolescente o adulto acabe convirtiéndose en un artista, ni estamos demostrando que participar en actividades artísticas provoque enfermedades mentales. Sin embargo, en investigaciones anteriores ya se habían revelado altas tasas de síntomas de enfermedad mental en artistas adultos. Estamos interesados en saber si esta asociación ya está presenten en el desarrollo del artista”
Por una parte, el estudio concreta que las niñas son más proclives a participar en estudios artísticos después de la etapa escolar, y también son más proclives a padecer unas tasas de depresión más elevadas que los hombres. Por otro lado, tanto niños como niñas estudiantes de artes informaban de más síntomas depresivos que los que no estaban cursando tales estudios extracurriculares.
Como curiosidad, resulta que justamente los adolescentes que practicaban exclusivamente deportes, eran los menos propensos a la depresión. Además, también había diferencia entre los estudiantes que practicaban deporte y, a la vez, cursaban estudios artísticos, en comparación a los que sólo estudiaban artes, sin hacer deporte. Como imaginaréis, los que no practicaban deporte y se dedicaban sólo a las artes eran los más propensos a la depresión.
Finalmente, la hipótesis sobre la causa de este posible vínculo entre artes y depresión, según los autores, podría ser que la gente atraída por los artes ya poseen ciertos rasgos cognitivos determinados desde el principio, como por ejemplo fijarse más en los detalles del entorno que les rodea. Esto podría provocar un exceso de estímulos, que conducirían a una angustia general y una depresión, además de una mayor conciencia de si mismos y del entorno, algo que les podría llevar a poseer una mayor creatividad y expresión artística.
Por otra parte, también se barajaron rasgos de personalidad como la introversión (relacionada con la depresión), que podría dar lugar a una preferencia por actividades solitarias como las artes, en comparación con actividades grupales como el deporte. De momento las investigaciones seguirán, ya que esto solo son hipótesis y no hay nada claro todavía. Eso sí, como lo de escribir también esté considerado como “arte”, los que escribimos en el blog estamos apañados… ¡Eso nos faltaba, una depresión!.
Vía: Medical News Today.
Imagen: Técnicas de grabado.