De nuevo, los conocidos radicales libres están en el punto de mira. Sin embargo, en esta ocasión le damos la vuelta a la tortilla, pues han corrido ríos de tinta (tanto real como virtual) acerca de lo terribles que son dichos radicales libres, y los graves prejuicios que pueden provocar a nuestras células, condenándolas al envejecimiento prematuro si no nos libramos de ellos o controlamos su producción.
Ahora bien, ¿y si estábamos equivocados? ¿y si los radicales libres no dañan las proteínas celulares ni, en consecuencia, envejecen nuestras células?
Los radicales libres NO afectan a las proteínas celulares
Esta (¿polémica?) afirmación la realizan los investigadores del Clinical Sciences Centre del MRC, en Londres, cuyo trabajo se ha publicado recientemente en Cell Reports.
Según Helena Cochemé y sus colegas, a pesar de que durante mucho tiempo hemos creído que los radicales libres se acumulan en las células y acaban dañándolas, provocando estragos y alterando su función (llevándolas al envejecimiento); es posible que la teoría esté equivocada y que las proteínas sobrevivan ilesas.
“Claramente, las células pueden hacer frente a la presencia de radicales libres. Nuestros resultados son sorprendentes y van en contra del campo de investigación actual”
La idea de que la acumulación de radicales libres a nivel celular es la causa principal del envejecimiento no es nueva, de hecho muchas empresas de la industria alimentaria usan dicha afirmación en su favor para aumentar las ventas de sus productos. Hasta ahora la hipótesis parecía tener bastante base, pues data de la década de 1950 y se ha investigado mucho al respecto desde entonces.
En teoría, los radicales libres causan daños porque acumulan demasiada energía, o demasiado poca, y al entrar en las células tratan de equilibrar su energía a costa de las proteínas de dichas células. Esto se produce mediante un desequilibrio de los electrones en movimiento: Si una proteína pierde un electrón, se “oxida”, y no realiza correctamente su función. La célula debería poder reparar este daño, pero la hipótesis decía que a medida que esto va ocurriendo cada vez más, el daño se acumula, y la célula no puede reparar los daños y acaba “envejeciendo”
¿Una teoría errónea?
Cochemé y sus colegas quisieron comprobar si las proteínas se veían realmente afectadas por estos radicales libres. Así pues, analizaron cientos de proteínas en moscas de la fruta jóvenes, de mediana edad y de mayor edad para identificar cuáles se oxidaban con el paso del tiempo. Como ya sabéis, la mosca de la fruta se usa en experimentación por el gran parecido de sus genes con los humanos, por lo que su ciclo de edad puede asimilarse al nuestro (aunque sea mucho más corto).
Según Cochemé, el estado de oxidación de las proteínas fue idéntico en las moscas jóvenes y las viejas. En otras palabras, las células parecían tener un sistema de protección propio, por lo que los radicales libres no tienen nada que ver con el envejecimiento celular, ya que su acumulación no provoca cambio alguno en las proteínas.
Esta oxidación también podría servir de señal de alerta, por alteración del ambiente o falta de alimentos (aunque cabe añadir que una restricción calórica parece mejorar la salud y alargar la vida, pero seguimos sin saber por qué). Así pues, Cochemé y su equipo compararon una dieta normal con una dieta de restricción calórica en cuanto a oxidación proteína se refiere.
Según sus resultados, el hambre alteró la oxidación de las proteínas: Se aumentó la cantidad de proteínas oxidadas, y otras ganaron electrones. Y los radicales libres no parecían tener participación alguna en todo esto; por tanto es posible que debamos cambiar el enfoque de las investigaciones hacia una posible relación entre la dieta y la esperanza de vida, y no fijarnos en los radicales libres como hasta ahora.
Vía | News Wise.
Fuente | Cells Reports.