Imaginemos por un momento que en vez de ser los causantes fueran el remedio contra la propagación de las enfermedades de las que son portadores. ¡Sería estupendo! A día de hoy, esa posibilidad ya está en marcha.
Los mosquitos son considerados uno de los animales más mortíferos del planeta debido a que son portadores de muchas enfermedades como la malaria, el dengue o la fiebre amarilla, que causa cientos de miles de muertes al año.
En esta entrada voy a hablaros del trabajo que se está realizando con Aedes aegypti, el agente etiológico del dengue y de la fiebre amarilla. Hay dos modos de utilizarlos: mediante ingeniería genética (no siempre bien aceptada por la opinión pública) y mediante infección bacteriana.
Científicos de la Universidad de Monash en Australia han puesto en marcha un proyecto en el que los mosquitos puedan ser utilizados como una herramienta de salud pública. Sus resultados fueron publicados el año pasado.
El método de este grupo de científicos consistió en infectar a cientos de miles de ejemplares con una bacteria del género Wolbachia, presente en muchos insectos. Lo que hace es reducir la posibilidad de que la bacteria incube el virus del dengue, en este caso. Al reproducirse, el número de mosquitos con la bacteria creció y el de mosquitos infectados con el dengue descendió.
Los mosquitos fueron liberados en la región de Queensland, al noroeste de Australia. En pocos meses los mosquitos infectados se transmitieron en casi toda la población de mosquitos salvajes, haciéndolos incapaces de transmitir el Dengue.
Sin embargo, el profesor Scott O’Neill de la Universidad Monash, uno de los miembros del grupo investigador, le dijo a la BBC que “pese al hallazgo aún hay que ser cautos a la hora de ver la efectividad de esta bacteria, ya que hace falta analizar cómo reaccionan otras poblaciones de mosquitos en otras partes del mundo”.
Por otra parte, la empresa británica Oxitec, trabajó con los mismos mosquitos pero alterados genéticamente. En 2010 publicaron sus resultados de las primeras pruebas realizadas en la isla caribeña Gran Caimán, en la que liberaron 3 millones de estos mosquitos.
Su método consiste en crear mosquitos de Aedes aegypti que transfieran un gen letal a sus descendientes que hace que mueran antes de poder reproducirse. Una recogida de huevos en los meses posteriores indicó que muchos de los mosquitos contenían el gen letal, de manera que la reproducción con los mosquitos salvajes había sido exitosa, reduciéndose la población de mosquitos portadores del virus.
No obstante, la idea de utilizar mosquitos transgénicos sigue causando temores y rechazos en los más conservadores, que creen que la modificación de las condiciones naturales de los insectos puede tener consecuencias graves para el medioambiente.
Son dos métodos distintos para el mismo fin e igualmente exitosos en sus primeros resultados. ¿Con cuál se quedarían?
Fuente: ScienceNews, Vive en Australia, BBC