Aunque existan personas que tiendan a ser mas individuales, lo cierto es que el dolor emocional que experimentamos todos como resultado del aislamiento social o emocional es muy duro.
Uno de los hallazgos más inesperados y recientes de la investigación actual es lo que sucede en nuestro cerebro cuando nos sentimos rechazados o excluidos. Los mecanismos de nuestro cerebro que responden al rechazo y la exclusión social (es decir, el dolor social o emocional) están fuertemente vinculados a los mecanismos cerebrales que responden al dolor físico (razón por la cual el rechazo y la soledad duelen tanto).
El acetaminofeno, del cual se han hecho recientemente estudios que demuestran que su ingesta fue eficaz para reducir el dolor emocional asociado a la soledad, se encuentra disponible como un analgésico de venta libre, pero también es un cannabinoide, y se une a un receptor en el cerebro llamada cannabinoide-1. Por su parte, el THC, principal ingrediente psicoactivo en la marihuana (que también se conoce como cannabis) es también un cannabinoide, y se une al mismo receptor que el acetaminofeno. Es por esto que muchas veces se ha recetado marihuana medicinal contra el dolor, por lo que no resulta raro que se haya investigado el efecto de la marihuana en el dolor social, provocado por el rechazo y la soledad.
La marihuana y la soledad
Timoteo Deckman y Nathan DeWall, de la Universidad de Kentucky, Lexington, y otros investigadores llevaron a cabo una serie estudios. Utilizando una base de datos relativamente grande, encontraron que las personas solitarias que consumieron marihuana tenían mayores sentimientos de autoestima y calificaron su salud mental como mejor que las personas solitarias que no usaban marihuana. Además, los consumidores de marihuana solitarias tenían menos probabilidades de sufrir episodios de depresión mayores que las personas solitarias que no consumían marihuana.
Yendo más lejos, los investigadores siguieron a los estudiantes de secundaria durante tres años. Después de establecer las relaciones existentes entre la soledad y el consumo de marihuana, se encontraron con que los estudiantes solitarios que no tomaban marihuana estuvieron significativamente más deprimidos dos años más tarde que los estudiantes solitarios que hicieron uso de la marihuana. En otras palabras, la marihuana bloquea los efectos de la soledad y limita la medida en que esta lleva a la depresión.
En un cuarto estudio experimental, los investigadores indujeron sentimientos de rechazo en los participantes mediante el uso de un juego de ordenador amañado para excluirlos de una interacción social (un paradigma que se ha utilizado muchas veces en estudios de rechazo). Encontraron que los usuarios de marihuana activos sintieron un menos dolor emocional como resultado del experimento de exclusión social que los participantes que no usaban marihuana (o que la consumían con poca frecuencia).
Un arma de doble filo
Los investigadores enfatizaron que no están aceptando el uso de la marihuana, y señalan que hay muchas consecuencias negativas del consumo de esta droga. Una de las consecuencias negativas del consumo frecuente de marihuana es su tendencia a inducir el letargo en algunas personas y obstaculizando la motivación. Como resultado, la marihuana podría amortiguar el dolor del aislamiento social / emocional, por un lado, pero reducir la motivación de una persona para tomar las medidas que podrían aliviar su aislamiento en el otro.
Por lo tanto, la marihuana no debe de ninguna manera ser considerada como una cura para la soledad, pero sin duda podría proporcionar un alivio significativo de los síntomas para los que no tienen la opción, por los motivos que sean, de tomar acciones que podrían mejorar sus vínculos sociales o emocionales.
Fuente: Psychology Today