Hay muchas opiniones al respecto pero para empezar veremos los resultados de algunos estudios.
Se ha observado que la gente es más feliz y sonríe más (un 50% más) con contactos en persona, pero se incluye aquí el contacto vía webcam, luego la línea divisoria no está tan clara. A pesar de tener cientos (algunos incluso miles) de contactos en redes sociales lo cierto es que cuando nos preguntan, en la vida real solo consideramos como buenos amigos a un puñado de personas, unas diez si abarcamos un circulo más amplio, y son las personas con las que contactamos físicamente, cara a cara (además de en la red). Estas son las personas con las que sabemos que podemos contar y en las que más confiamos. Aún así seguimos dedicando más tiempo a las amistades virtuales: los datos también nos indican que entre un 35 y un 39% de nosotros pasan más tiempo socializándose online que fuera de la red (encuesta llevada a cabo por Badoo).
El 24% de los encuestados admiten aceptar solicitudes de amistad de gente que ni conocen ni les interesa y 1 de cada 3 americanos afirma que le es más fácil conocer gente nueva por Internet que en persona.
Otro estudio ha encontrado que el 46% de la población dedica entre 3 y 4 horas al día a visitar perfiles de otras personas, leyendo sus muros, etc… (Seamos sinceros, estas son muchas horas diarias).
Lo que nos perdemos…
Según la psicóloga Mansi Hasan hay muchas partes de la interacción que no son completamente sustituibles por una interacción virtual. La conexión entre dos personas depende de la información verbal pero también de la no verbal. Según ella la conexión real y profunda requiere de encuentros en persona.
Hay otros aspectos que debemos considerar, el contacto físico segrega oxitocina, la hormona del bienestar (y placer). Cuando estamos mal y alguien nos abraza esta permite que nos sintamos mejor y algo reconfortados. Un abrazo virtual (un emoticono) puede tener esa misma intención pero no desencadenará la misma respuesta en el que la recibe.
Perdemos mucha información en una interacción por Internet, no podemos sacar información de las pistas del lenguaje no verbal, como son la mirada, la postura corporal, los movimientos o también el tono de voz. Aún con la evolución de los emoticonos esto no se ha podido compensar.
Hablar por teléfono por ejemplo no nos hace sentir tan bien como intercambiar una sonrisa en persona (aunque seguro mejor que hablar por chat). Esto se debe a que mucho de lo que procesamos es gracias a la visión y al carecer de ella perdemos claves para juzgar, por ejemplo, si una emoción es genuina, sin embargo contaremos con la clave del tono verbal.
Cosas a tener en cuenta…
El contacto virtual no nos prepara mejor para un encuentro real. Mucha gente utiliza este tipo de contactos para evitar el contacto real cara a cara, en estos casos lo cierto es que estamos evitando enfrentarnos a ese contacto real.
En un encuentro virtual tenemos tiempo para pensar y responder a las preguntas, cambiar frases, ocultar información. Además podemos ocultar rasgos que nos desagradan o nos avergüenza, tics, sonidos raros al hablar, ponernos rojos o sudar… Lo que hace el contacto virtual tan exitoso es que nos permite evitar el miedo a las reacciones de los demás, evitar ese encuentro que anticipamos va a ser negativo.
Además los contactos sociales por Internet son más fáciles, más rápidos, por lo que también pueden verse favorecidos en los casos en los que da “pereza” quedar. Tenemos más relaciones por Internet pero también más superficiales.
En Internet no sabes que es cierto y que no. Tú puedes hacerte pasar por quien quieras pero los demás también.
Otro fenómeno que está siendo desencadenado por las redes sociales es la amistad “performance”, es decir amistades que solo se tienen para aparentar una imagen, como una actuación en la que las amistades son el público. La vida se proyecta en las redes sociales solo para ser evaluada, comentada por otros, sin más profundidad, como una necesidad de aprobación de uno mismo, mientras que en las amistades en persona el sujeto realmente comparte con más profundidad y busca algo más de la interacción, se es más genuino y real en persona de lo que promueve y facilita el Internet.
Pero por supuesto si el sistema se mantiene es porque tiene sus ventajas, a parte de la rapidez de la interacción, la comunicación escrita suele ser más precisa, porque tenemos tiempo de plasmar correctamente lo que queremos decir, sin que se vea dilucidado por emociones. La comunicación escrita permite evitar confusiones en ocasiones, pero en contraposición a veces tener mucho contacto virtual puede hacer que acabemos devaluando o menospreciando a las amistades reales.
El contacto por Internet es muy conveniente pues es flexible en las horas a las que podemos iniciar una conversación, además nos permite iniciar y terminar una relación cuando queramos sin mayor compromiso.
Diferenciar cosas…
Una cosa es tener una amistad de toda la vida que se va fuera y mantener el contacto vía Internet y otra es conocer a alguien ya de primeras por Internet. En el primer caso el Internet es una gran herramienta que permite mantener más cercana la amistad, o por ejemplo la relación de pareja cuando hay que separarse. Pero cuando el contacto se inicia ya virtualmente, este tipo de relación se postula no puede alcanzar las mismas expectativas de profundidad.
Es decir existen dos tipos de uso de estos sistemas sociales, la gente que usa las redes sociales y el Internet como complemento a su vida social real (fuera de la red) y los que sustituyen el contacto en persona por el contacto online. El Internet nos permite el acceso a nuevas ideas, diferentes culturas, expande los horizontes de contactos que podríamos tener en la vida real y nos permite manejar más información y más rápido, enterarnos antes de las noticias, etc… Pero todo ese tiempo que le dedicamos es tiempo que quitamos de situaciones sociales fuera de la red. Además es cierto que el uso prolongado de estas redes puede incidir negativamente sobre las habilidades sociales de una persona y dañar las relaciones fuera de la red.
Cuando uno se vuelca en la red, su mundo se internaliza, y sorprendentemente esto puede tener consecuencias negativas para la salud.
Conclusiones
Las relaciones por Internet tienen sus ventajas, no son nocivas per se, la cuestión se encuentra en la cantidad y la frecuencia. Es importante no priorizar los encuentros virtuales sobre los reales, y que el Internet no domine nuestras vidas, es fácil desconectar de lo que nos rodea cuando en la red hay un mundo que nos gusta más y nos trata mejor, pero no podemos olvidar que ese mundo real, aunque no nos guste, es en el que vivimos.
El Internet y las redes sociales son muy útiles, nos permiten mantener amistades con gente que vive en otros países y continentes, nos permite seguir la vida de amistades que viajaron al extranjero, nos permite mantener el contacto con amistades de la infancia, y mejoran los contactos laborales. Está claro que es algo que de por si no tiene porque ser nocivo. El problema es el uso que se le da, el tiempo que se le dedica, la importancia que cobra. No podemos estar en un mundo social online y perder el interés por el contacto real con los que nos rodean.
Desde mi punto de vista, las amistades virtuales no deberían sustituir a las reales. No digo que no se pueda tener una gran amistad online, pero también te hará falta la real. Piensa el día que tengas que hacer una mudanza, que se te estropee el coche, que te quedes encerrada fuera de casa, ¿Qué amistad te podrá ayudar ahí? Se puede enfocar como algo práctico realmente. ¿Y el día que la conexión a Internet no funcione? ¿El día que nos sintamos solos y necesitemos un abrazo?
Además el problema de las redes sociales y el Internet es que implican en cierta manera aislamiento, pues son horas que pasamos solos, en casa, en un ciber o en una biblioteca, son horas que estamos encerrados en lugar de pasear, ir a tomar algo o hacer ejercicio, cosas que sí podemos realizar con amistades con contacto real. Luego nos lleva a un sedentarismo que tampoco es sano.
El problema no está en los inventos nuevos, sino en el uso perjudicial que hacemos de ellos. Debemos aprovechar las redes sociales para fortalecer las amistades que tenemos cara a cara cuando no nos vemos, y para acceder a contactos inalcanzables en la vida física (amistades lejanas), pero nunca dejar que el contacto virtual sustituya al cara a cara cuando este es posible. Está claro, no obstante, y lo quiero matizar, que entre ningún contacto y el virtual, mejor el virtual.
Fuente: Honkiat, The Times of India, UCLA Magazine, Mashable, Techplugged.