En las próximas semanas comienzan las “cenas de Navidad”, en las cuales abunda la comida y (normalmente) el alcohol. La gente que no suele beber más que en estos días y está tomando algún medicamento, siempre se hace la misma pregunta: ¿Debería beber alcohol teniendo en cuenta que me estoy tomando esta pastilla?
Algunos medicamentos producen efectos secundarios al ser mezclados con el alcohol, otros pierden su efecto, y otros se pueden mezclar sin problemas, esto depende de varios aspectos, como del mecanismo de acción del medicamento en cuestión o la edad de la persona. La gente mayor es la que tiene más riesgo de sufrir una interacción no deseada entre medicamento y alcohol, debido a la mayor cantidad de medicamentos que consumen en general. Si añadimos que a medida que aumenta nuestra edad nuestras habilidades motoras disminuyen y nos podemos hacer más daño al caer, el propio alcohol ya nos puede mandar al hospital.
En este artículo vamos a comentar los medicamentos más comunes y su efecto con el alcohol, aunque ya se puede decir desde el principio, lo mejor es beber con moderación y consultar al médico o al farmacéutico sobre tu fármaco.
Antidepresivos
Con la crisis económica mundial el consumo de antidepresivos se ha disparado en el Primer Mundo. Tanto el alcohol como los antidepresivos comparten el mismo efecto en nuestro cerebro: ambos se encargan de disminuir la actividad de nuestro sistema nervioso, afectando a nuestra toma de decisiones y a nuestro estado de alerta. La combinación puede causarnos somnolencia y disminución de nuestra coordinación y tiempo de reacción.
Dependiendo del tipo de antidepresivo puede haber otros efectos secundarios peores. Mezclar alcohol con un tipo de antidepresivos llamados inhibidores de la monoaminooxidasa (o IMAOs) provoca un aumento peligroso de la presión sanguínea, así que mejor evitar esta combinación. En cambio, los antidepresivos más comunes, del tipo inhibidores de recaptadores de serotonina (como el Prozac), tienen menos efectos secundarios al ser mezclados con el alcohol, más allá de la somnolencia.
Píldora anticonceptiva
El alcohol no disminuye la efectividad de la píldora anticonceptiva y su combinación con el alcohol es relativamente segura. Sin embargo, si hay un efecto secundario más sutil: Se ha comprobado que el alcohol se acumula más tiempo en las mujeres que toman la píldora frente a las que no la toman. Por tanto el alcohol suele tardar menos tiempo en hacer efecto si se toma la píldora, y la persona se sentirá borracha antes y durante más tiempo.
Medicamentos para la presión sanguínea
Los problemas cardíacos son la primera causa de muerte en el mundo, por encima del cáncer o los accidentes de tráfico. En caso de infarto, arritmia o angina de pecho se suelen recetar beta-bloqueantes. Cuando se combinan con alcohol este tipo de medicamentos dejan de funcionar, dejando el corazón debilitado, por lo que los médicos recomiendan no tomar alcohol a estos pacientes.
Otro medicamento que no se debe combinar con alcohol son los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), que se recetan para la hipertensión. Si se combinan con alcohol se produce una bajada demasiado rápida de la presión sanguínea, provocando mareo e incluso desmayo.
Medicamentos para diabéticos
Los diabéticos deben saber que el alcohol puede bajar los niveles de azúcar en la sangre, y no solamente después de beber, sino hasta 24 horas después de la bebida. Por ese motivo, los diabéticos deben comer algo mientras beben o después, y controlar sus niveles de azúcardespués de la cena y al día siguiente.
Existen medicamentos para la diabetes que no deben ser mezclados con el alcohol porque provocan una disminución demasiado peligrosa de los niveles de azúcar en la sangre. Una de estas medicaciones es la metformina: si se consume demasiado alcohol mientras se está tratando con este medicamento se produce acidosis láctica, que provoca debilidad y nauseas.
Pastillas para dormir
Normalmente se recomienda no consumir alcohol si eres un consumidor habitual de pastillas para dormir. El alcohol aumenta los efectos sedantes de estos medicamentos, causando mareos y perdidas de consciencia, que normalmente acaban en caídas o en accidentes de coche. También se ha observado que beber cantidades elevadas de alcohol provoca disminución de la presión sanguínea, con lo que la persona nota dificultad a la hora de respirar.
Existe gente a la que beber alcohol le produce sueño y usa el alcohol como sustituto de las pastillas para dormir. Sin embargo, se ha comprobado que los patrones de sueño que se producen bajo el efecto del alcohol no son normales: no se descansa igual y la persona se despierta mucho más durante la noche. Si tienes que beber, espera al menos seis horas antes de tomarte pastillas para dormir para alejar el efecto del alcohol de tus sueños.
Pastillas para el dolor
Normalmente es seguro beber de manera moderada bajo el efecto de medicamentos típicos para el dolor como el ibuprofeno o la aspirina. Sin embargo, beber cantidades muy elevadas de alcohol provoca irritación de estómago, acrecentada por estos medicamentos, que puede desembocar en úlceras y sangrado estomacal. Pero si se toma solo algún medicamento para el dolor de forma ocasional no hay ningún peligro que temer.
Para medicamentos más fuertes, como los narcóticos (por ejemplo la vicodina); tomar alcohol es más peligroso. Aumentan el efecto sedante de estos medicamentos, provocando fatiga, bajada de la presión sanguínea, menor coordinación motora y problemas respiratorios.
Antibióticos
Finalmente, tenemos los antibióticos. Está muy extendida la creencia popular de que no se pueden tomar antibióticos junto a alcohol, ya sea porque anule sus efectos o similares. La realidad es que algunos de estos medicamentos si se eliminan por el hígado (igual que el alcohol), pero eso no significa que se anule el efecto del medicamento, simplemente funcionara más lentamente. Esta creencia viene de lejos, y es bastante anecdótica.
Resulta que el bulo nació en la Segunda Guerra Mundial, nacido en las clínicas de enfermedades venéreas (o de transmisión sexual). El motivo del bulo fue puramente psicológico. Resulta que los individuos ebrios son más propensos a mantener relaciones sexuales casuales. Por ello, si se asusta al paciente para que tome el antibiótico sin consumir alcohol en el proceso, se evita el contagio a otros enfermos. Curioso, ¿verdad?
Hasta aquí algunos de los medicamentos habituales. Para medicamentos más específicos pregunta a tu médico o a tu farmacéutico, normalmente en el prospecto del medicamento vienen las indicaciones de los posibles efectos secundarios del medicamento en combinación del alcohol. Aunque como se puede ver, la mejor solución es beber con moderación y nunca en exceso. Y por supuesto, si bebes no conduzcas.
¡Felices cenas!
Fuentes | Live Science, Xataca Ciencia