… pon las tuyas a remojar. Así dice el famoso refrán y parece ser que el lémur saltador de Sahamalaza (Lepilemur sahamalazensis) ha aprendido a aplicárselo. Un nuevo estudio publicado en PLoS ONE realizado por las Universidades de Bristol y Torino junto con el Zoo de Bristol ha constatado que esta especie en peligro de extinción utiliza la llamada de alerta de las aves y de otros lémures para darse cuenta de la presencia de los depredadores. Es la primera vez que se observa este tipo de comportamiento en lémures nocturnos y solitarios.
Saben interpretar las llamadas de alerta de otros animales
Los lémures son unos simpáticos animales que únicamente viven en la isla de Madagascar. Son primates como nosotros sólo que no pertenecen a la línea evolutiva de los antropoides. Tiene rasgos morfológicos y comportamentales comunes con los primates antropoides pero la proporción cerebro-masa corporal es menor que en nuestra línea evolutiva. Actualmente se conocen unas 100 especies de lémures, muchas de ellas en peligro de extinción y otras tantas de las que apenas se conocen datos.
El lémur que hoy nos ocupa, el lémur saltador de Sahamalaza, es una de esas especies de las que poca información se conoce. Actualmente se encuentra incluida en la Lista Roja que elabora la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), en la categoría máxima conocida como “en peligro crítico”. Lo poco que se sabe de este animal es que es nocturno y durante el día permanece escondido en lugares abiertos que están al alcance de depredadores como por ejemplo en los huecos de los árboles, tal como lo vemos en la foto de portada.
Lo que este grupo de investigadores ha descubierto es que la vigilancia de estos lémures aumentó significativamente tras escuchar grabaciones de las llamadas de alarma que emiten dos tipos de aves que conviven con ellos. También observaron que su vigilancia aumenta ante las llamadas de alarma aéreas que emite el lémur negro de ojos azules. Cuando escuchan esas llamadas, exploran siempre el cielo y nunca el suelo, lo que indica que clasifican la alarma de forma correcta.
El estudio concluye que, pese a lo poco que se conoce de esta especie, se muestra que saben interpretar los sonidos de alarma de las especies que le rodean para advertir y diferenciar de qué tipo de depredador se trata.
Fuente: Universidad de Bristol