Esta pregunta tan impactante e interesante fue lanzada en el 245 Encuentro y Exposición Nacional de la Sociedad Química Americana por científicos de la Universidad Politécnica de Múnich al descubrir que las células del corazón, la sangre, los pulmones y de otras zonas del cuerpo tienen los mismos receptores para los olores que las células de la nariz. Este descubrimiento hace pensar que el olfato podría no concentrarse únicamente en la nariz y que los olores en general podrían tener un papel mucho más importante en la vida de lo que cree.
No sólo en la nariz hay células con receptores para el olor
El reciente descubrimiento cambia totalmente la idea de que la nariz es la que tiene el monopolio de receptores olfativos. El grupo de investigadores ha descubierto que órganos como el corazón o los pulmones y otros órganos no-olfativos poseen los mismos receptores olfativos que las células de la nariz.
Pero he aquí la pregunta clave: ¿Significa la posesión de estos receptores la capacidad de oler por parte de dichos órganos? Aún no hay respuesta a la pregunta pero su equipo ha logrado hacer ciertos avances. Lo que sí se sabe es que una vez que las sustancias odorantes entran en nuestro cuerpo no se sabe con certeza si siguen la misma vía que utilizan en la nariz.
Su equipo hizo un experimento con células de sangre humana. Pusieron en unos pocillos distintas muestras de sangre y el otro lado pusieron sustancias odorantes atrayentes. El resultado fue que las células sanguíneas se movieron hacia las sustancias odorantes.
Actualmente, están trabajando en un campo llamando “sensomics”, que se centra en la compresión de cómo los aromas influyen en los sentidos del gusto y del olfato para diferenciar el sabor y la textura de los distintos componentes de los alimentos, centrándose especialmente en los alimentos de consuelo como el café o el chocolate.
Los investigadores separan en el laboratorio todos los componentes químicos de los alimentos. A continuación, los vuelven a juntar en diferentes combinaciones y se catan. De esta manera descubrieron que, aunque el café contiene 1.000 componentes potenciales de olor, sólo 25 son los que interactúan con los receptores del olor en la nariz.
Los receptores de los olores son receptores acoplados a proteínas G, que son un tipo de receptores que desencadenan cascadas de señales. Estos receptores traducen los olores en señales que el cerebro interpreta, dándonos información de las cualidades de lo que estamos oliendo. Es muy llamativo que de los aproximadamente 1.000 receptores acoplados a proteínas G unos 400 estén relacionados con el olor y tan sólo 27 estén relacionados con el sabor, por ejemplo.
Tal vez las futuras investigaciones se deban centrar más en estudiar los receptores del olor y no centrarse tanto en el sabor, ya que apunta como un sentido mucho más importante de lo que realmente parece.
Fuente: American Chemical Society