En la mayoría de los casos en los que aparece la palabra ‘bacteria’ su presencia no es precisamente bienvenida. Muchas enfermedades tienen un origen bacteriano, por lo que entender su fisiología y metabolismo nos ha ayudado a hacerle frente a las diferentes patologías y sobre todo, nos ha permitido saber que no todas las bacterias son perjudiciales para el ser humano, siendo el ejemplo más claro la gran comunidad que habita en nuestro interior.
El soleado clima veraniego se ve irrumpido ocasionalmente con alguna que otra lluvia. La temperatura y la humedad que resultan generan un hábitat perfecto para el mosquito. Más que un incordio, los mosquitos son un serio problema, pues son vectores de un gran número de enfermedades.
Investigadores del Texas A&M University parecen haber encontrado la clave para evitar las picaduras de mosquito empleando para ello las bacterias de nuestra piel.
El mejor anti-mosquito: Nuestras bacterias
El sistema por el que una bacteria se comunica con el resto, se conoce como quorum sensing, y consiste en la liberación de una serie de señales químicas que se unirán a los receptores de la membrana de células adyacentes (y en algunos casos de la misma célula) con el fin de elaborar una respuesta.
A más mensajeros químicos, mayor es la respuesta. Entre estas respuestas nos podemos encontrar la fabricación de un determinado compuesta, la adquisición de una estructura que favorezca la vida en población o la emisión de algún agente que pueda ser nocivo para el resto de células.
Pero no solo las bacterias responden a estas moléculas, pues las células de nuestro organismo también son capaces de interpretar estas señales y elaborar su propia respuesta.
¿Y que tiene que ver el mosquito en todo esto? Estudios previos sugieren que factores como el volumen de dióxido de carbono que exhalamos, nuestra temperatura corporal o el olor, puede influir en el gusto de los mosquitos por nuestra sangre. Es aquí donde los investigadores de Texas entran en acción, pues se conoce que el mosquito es capaz de leer las señales emitidas por el quorum sensing bacteriano.
Entre las bacterias que se encuentran en nuestra piel, se ha empleado Staphylococcus epidermidis. Se ha seleccionado un mutante de esta bacteria capaz de generar un mensajero que engañaría al mosquito, reduciendo la probabilidad de que nos pique.
Esperemos que los resultado sigan adelante y probablemente en un futuro no lejano dispongamos de un medio certero para deshacernos de estos vampiro.
Fuente | smith