Verano: calor, playa y… ¡Medusas!

Las medusas son animales invertebrados gelatinosos que forman parte del mismo grupo al que también pertenecen las anémonas y los corales, entre otros. Este grupo está formado por unas 11.000 especies distintas y su gran diversidad se debe a la capacidad para formar colonias y a la posesión de muchas de ellas de un ciclo vital que alterna dos fases adultas con dos morfologías diferentes, el pólipo y la medusa.

Son animales con una estructura sencilla. Casi un 90% de su cuerpo es agua. No poseen órganos diferenciados, ni siquiera cabeza. De hecho, tienen menos tipos celulares que cualquier otro animal (a excepción a las esponjas y los Mesozoos). La mayoría son carnívoras pero también encontramos especies suspensívoras (se alimentan de partículas flotantes en el mar). Pero como todos sabemos, el carácter más llamativo son sus potentes y urticantes tentáculos.

Cnidocito. A) Antes de la descarga B) Después de la descarga.

Estas células urticantes son los cnidocitos y son exclusivas de estos animales. Se suelen concentrar en la zona de la boca y los tentáculos. A parte de la defensa, también los utilizan para capturar presas, moverse y adherirse. Se trata de un filamento enrollado que cuando recibe el estímulo adecuado se dispara. Un simple roce con un tentáculo dispararía cientos o miles de cnidocitos, de ahí que las picaduras de medusa sean tan dolorosas en algunos casos e incluso causar la muerte en otros.

La mayor parte del veneno que acumulan estos cnidocitos es neurotóxico, (afecta al sistema nervioso), pudiendo provocar espasmos, pérdida de sensibilidad y en los casos más graves muerte por asfixia. La consecuencia más grave de una picadura la provoca la famosa avispa de mar (Chironex fleckeri), que habita las costas australianas y es considerado el animal más venenoso del planeta. Puede causar la muerte en sólo unos minutos.

Por suerte, las especies que habitan nuestras costas normalmente provocan dolor, ardor o sarpullido acompañado de enrojecimiento e hinchazón, en diferente escala dependiendo de la especie.

Especies de interés en nuestras aguas

Pelagia noctiluca. Su tamaño oscila entre los 5 – 10 cm de diámetro. Es rosada y hay ejemplares con toques azules en su umbrela.

Su distribución es Mediterránea y Atlántica. Suele presentarse en grandes bancos, lo que dificulta mucho el baño.

Su picadura provoca un fuerte sarpullido que varía en intensidad dependiendo del ejemplar que nos haya picado.

 

 

Cotylorhiza tuberculata. Esta medusa puede alcanzar hasta los 40 cm de diámetro.

Su distribución es Mediterránea y puede causar verdaderas plagas, especialmente en el Mar Menor (Murcia), donde lo he podido comprobar.

Su color varía entre naranja o marrón y posee densos tentáculos de colores blanco, azul o morado.

Su picadura es poco urticante, causando un leve sarpullido.

 

Rhizostoma pulmo. Este animal puede llegar a medir hasta 1 m de longitud, aunque su tamaño medio se encuentra entre los 30-70 cm.

Su distribución es básicamente Mediterránea.

Suele encontrarse sola y su picadura puede ir desde un leve picor a ser muy dolorosa, dependiendo del ejemplar.

 

 

Aurelia aurita. Es el prototipo de medusa y es la especie que encontramos en museos como el Oceanográfico de Valencia o el Zoo Aquarium de Madrid.

De distribución cosmopolita, su tamaño oscila entre 10-15 cm de diámetro. Son translúcidas y es muy fácil de identificar por sus 4 gónadas en forma de herradura de color blanco que se ven a través de la umbrela.

Su picadura es muy poco urticante.

 

Physalia physalis. La famosa Carabela portuguesa. Este animal es un Sifonóforo, no es una medusa en realidad. Son verdaderas colonias flotantes que vagan a la deriva en los mares y océanos arrastradas por las corrientes y los vientos.

Su distribución normal es en aguas Atlánticas cálidas pero desde hace unos años ha habido avistamientos en el Cantábrico y el Mediterráneo, relacionado posiblemente por el aumento de la temperatura de las aguas.

El veneno de esta colonia es muy potente, ya que contiene distintos tipos de veneno, pudiendo llegar a causar la muerte del ser humano. La picadura es muy dolorosa y causa lesiones similares a una quemadura.

 

¿Qué hacer en caso de picadura?

Lo primero que debemos hacer es buscar un puesto de socorro pero hay muchas playas que carecen de ellos así que el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona nos aconseja lo siguiente:

  1. Según notemos la picadura, salir del agua y nunca frotar la zona con arena o con una toalla.
  2. No lavar la zona con agua dulce, siempre con agua salada.
  3. Quitar todo resto de tentáculos con unas pinzas y guantes.
  4. Siempre que sea posible, aplicar frío, pero nunca directamente sobre la picadura. Envolver el hielo con un trapo.
  5. El vinagre hace que las células urticantes dejen de inyectar veneno.
  6. Al contrario de los que se piensa, no orinar sobre la herida ni echar amoniaco o bebidas alcohólicas, eso agravaría aún más la picadura.
  7. Si el estado de la víctima empeora con convulsiones, problemas respiratorios o cardiacos ha de ser trasladado de inmediato a un hospital.

Errores comunes y curiosidades

  • Mira mamá, una medusa muerta en la orilla, ¡Voy a cogerla!” Error muy típico pensar que una vez muerto el animal ya no nos puede hacer daño. Los cnidocitos siguen disparándose al menor roce en cuanto toquemos la zona donde se encuentran aunque el animal esté muerto. ¡Mucho cuidado!
  • No olvidemos que las medusas están en su medio natural y nosotros somos los “invasores”. Las picaduras se producen de manera accidental por un roce con ellas, su presa no somos los humanos.


Fuente:
Brusca & Brusca

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