Confiamos más en aquellas personas que se parecen físicamente a nosotros

Confiar o fiarnos de alguien puede ser muy fácil, o muy dificil, depende de la personalidad que tengamos. Pero, por otra parte, también existen factores que tenemos en cuenta de forma más o menos consciente para poder confiar más en otra persona. Hoy os hablaré de uno de esos factores: los rasgos faciales.

Según una reciente publicación en la revista Psychological Science, inconscientemente percibimos más “confiable” a aquella persona que tiene unos rasgos faciales similares a los nuestros. Curioso, ¿verdad?

En esta investigación, el equipo de científicos del Departamento de Psicología de la Universidad Royal Holloway realizó un experimento, encontrando que nuestra similitud con los demás se extiende más allá de la cercanía social o de la personalidad similar, llegando al campo de la similitud en las características físicas tales como el rostro.

Para el estudio, estos investigadores mostraron imágenes a unos voluntarios donde la cara de dichas imágenes se iba transformando en una mezcla entre los rasgos faciales del voluntario observador y otra persona. Posteriormente, se pedía a dichos voluntarios que opinaran que imagen les daba más confianza (la que tenía más rasgos faciales similares a los suyos, o la que tenía menos).

Posteriormente, se hizo participar a los voluntarios en juegos de negociación con otras personas (una negociación era correspondida con confianza y en la otra existía una traición). Más adelante, se volvía a realizar el experimento de la foto, y sorprendentemente los participantes afirmaban que las personas con las que habían obtenido una confianza en la negociación tenían rasgos faciales similares a ellos, y negaban que los traidores tuvieran esta similitud física.

“Estudios recientes muestran que cuando una persona se parece a nosotros, creemos que automáticamente son dignos de confianza. Aquí mostramos por primera vez que lo contrario también es cierto. Cuando una persona se demuestra que es más digno de confianza, esto conduce a la percepción de esa persona con un aspecto similar a nosotros mismos “

Finalmente, este equipo de investigadores también cree que los resultados del estudio podrían tener importantes implicaciones en las relaciones sociales:

“Nuestros resultados muestran cómo nuestras percepciones de similitud entre nosotros y los demás van más allá de las características físicas objetivas de la naturaleza específica de las interacciones sociales que tenemos.”

Es decir, que nuestra percepción de la similitud física con los demás va más allá de la pura objetividad, gracias a la búsqueda de una prueba de confianza inconsciente. En otras palabras, confiamos más en aquellos que son físicamente similares a nosotros, pero también percibimos similitud física en aquellas personas que nos han demostrado ser dignos de confianza (sin que dicha similitud sea tan objetiva como debería).

Vía | ScienceDaily.

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