Los niños se encuentran en un estado de atención constante, por eso les resulta más fácil percibir todos los ruidos, mucho más que los adultos. Un ruido puede desencadenar en algunos una reacción de miedo intenso que se puede ir agravando al evitar el ruido en cuestión, la mayoría de nosotros a conocido a algún niño que tiene miedo al ruido de los globos cuando explotan, y llega un momento que incluso ver un globo hinchado les provoca ansiedad.
Es muy importante que no menospreciemos a los niños cuando se asustan ante un ruido extraño, tenemos que tener en cuenta que lo más importante ante estas situaciones es que el niño sienta seguridad no inseguridad, ni que les expongamos a ellos para qué “pierdan el miedo de golpe” eso solo puede aumentar la ansiedad, es mejor ir acercándoles al ruido muy poco a poco. Tampoco tenemos que evitar situaciones para que no se asusten con los ruidos, “como tiene miedo a la batidora no la enciendo si él está” o “no hay globos en su cumpleaños porque tiene miedo si explotan”. Evitar la situación desagradable solo ayuda a qué el miedo y por tanto la ansiedad aumente.
¿Qué podemos hacer como padres o responsables del niño?
1. Mantén la calma: si cada vez que aparece el ruido tú también pierdes los papeles acabamos agravando la situación y convirtiéndola en algo muy negativo, adquiere una postura de calma y ayuda a que el niño se calme también.
2. Ayúdale a exponerse de forma paulatina: Como bien hemos comentado antes, que le expongas al ruido bruscamente sólo aumentará su ansiedad, lo recomendable es hacer un acercamiento muy gradual para que el niño se vaya acostumbrando al ruido en cuestión.
3. Sé comprensiva/o: habla con el niño sobre sus miedos, es un tema serio para él y tiene que sentirse comprendido y con la confianza de poder expresar lo que siente.
4. Refuerza sus triunfos: Siguiendo con el ejemplo de los globos, aplaude su actitud si consigue acercarse a ellos y todos los pasitos que el niño vaya dando para perder definitivamente el miedo.
5. Normaliza la situación: Todos hemos tenido miedo a algo y a todos nos ha molestado asustado algún ruido en algún momento de nuestra vida, el niño no tiene que sentirse un “bicho raro” ni avergonzarse por ello.
6. Anímale: Es importante que les animemos con técnicas de aproximación, ver los fuegos artificiales desde un cristal ya será más positivo que no verles y evitarles por miedo al ruido, poco a poco el niño irá adquiriendo confianza y se irá acercando, no fuerces la situación, tiene que tener un proceso natural, y en muchas casos es más lento, cada persona tiene su ritmo.
Es importante acudir a un profesional si el niño se aísla socialmente, o si la ansiedad ante el ruido le provoca cambios en su día a día, podríamos estar ante una “ligirofobia” (fobia a los ruidos).