Es tan sólo un ejemplo, pero podría extrapolarse a otras entidades para la atención de las dependencias y las adicciones. Según la Asociación para la Atención y Tratamientos de las Dependencia y Adicciones (Atabal), de Badajoz, cada vez hay más personas que acuden al centro por adición a las nuevas tecnologías, al móvil o a internet. La asociación, que lleva unos 70 casos directos al año, antes acostumbraba a recibir personas dependientes a algún tipo de sustancia.
María Teresa García, vicepresidente de la asociación, ha asegurado en diferentes medios que este tipo de adicciones influyen negativamente en todas las áreas de la vida, ya que limitan en el desarrollo normal. Añade que la mayor parte de los perjudicados se encuentran en una franja de edad que oscila entre 25 y 35 años.
También recientemente, el presidente de la Asociación Riojana para la Atención a personas con problemas de Drogas (ARAD), Jose Luis Rabadán, alertó sobre la aparición de adicciones “sin sustancia” relacionadas con la tecnología y con cosas tan comunes (actualmente) como el WhatsApp.
Como indicaba Rabadán, las dependencias aparecen cuando una conducta normal, como usar el móvil, navegar por Internet, ver la televisión o ir de compras, se convierte en algo central en la vida de la persona y se pierde el control. Y habla de cruzar una línea con actos cotidianos, presentes en el día a día. Añade, asimismo, que en todos los casos de adicción existe una predisposición, una alteración, por ejemplo, por aislamiento o falta de autoestima. Según ARAD, lucha frente a las adicciones “sin sustancia” debería ser igual a la de la lucha contra adicciones con sustancia (heroína, alcohol…).
Rabadán reconoce que son adicciones difíciles de detectar porque se trata de acciones que están en la vida cotidiana. Además, la actuación no es como cuando hay adicción a una sustancia, que se saca de la vida del adicto, porque se trata de actitudes que, bien usadas, facilitan la vida. Es el abuso de una conducta normal lo que le diferencia de las adicciones a sustancias.
Poniendo nombres a la dependencia tecnológica
La dependencia a las nuevas tecnologías es ya tan importante en todo el mundo que ya se ha creado el denominado “síndrome FoMO” (Fear of Missing Out, miedo a perderse algo), que define a todas aquellas personas que temen esa exclusión “virtual” que puede darse en redes sociales. Este tipo de problema está presente entre el 56% de los usuarios, según una encuesta realizada por MyLife en julio de 2013. El 27% de esos encuestados reconocieron además consultar sus redes sociales nada más levantarse.
Ese síndrome se combina a menudo con la llamada nomofobia, o el miedo o angustia de las personas a olvidarse su teléfono móvil en casa o en la oficina. Una encuesta realizada por la operadora canadiense Rogers en diciembre de 2012 demostraba que el 65% de los usuarios se sienten desnudos sin su smartphone o sin acceso a Internet. Otro estudio de 2012, llevado a cabo por el Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad, indicaba que el 53% de usuarios de teléfonos móviles sentían ansiedad al perder su teléfono móvil, al quedarse sin batería o sin saldo o cuando no tienen cobertura.
Síndrome de la vibración fantasma
Jose Luis Rabadán indicaba en LaRioja.com que cuando se mandan 200 mensajes al día por WhatsApp, se está continuamente esperando al doble chequeo para verificar que se reciben y hay una actitud patológica, también puede llegar a aparecer el ya denominado síndrome de la vibración fantasma.
El nombre de este síndrome viene acuñado por un grupo de neurólogos de varias universidades norteamericanas. Estos expertos estudiaron la sensación que experimentan muchas personas que creen que su móvil ha vibrado y se apresuran a mirar quién les ha llamado o enviado un mensaje. Puede ocurrir en infinidad de ocasiones sin llevar el teléfono encima o incluso cuando éste se encuentra apagado. Según la información adjunta, el 80% de los usuarios sufrimos el síndrome de la vibración fantasma.
Páginas de apuestas
Uno de los casos que más están asustando a las asociaciones que trabajan en el tratamiento de dependencias es el incremento de personas que realizan apuestas a través de páginas web. Los que antes echaban su dinero en máquinas tragaperras, ahora apuestan por Internet. Con las máquinas se pueden poner algunos medios, como salir a la calle sin dinero. Ahora, sin embargo, resulta más complicado de controlar porque no se puede vigilar las entradas en los portales de Internet.
Fuentes | ABC, LaRioja.com, 20 minutos, mobileworldcapital
Imagen | Tsahi Levent-Levi