Alguna vez hemos hablado en MedCiencia de la famosa Lista Roja de Especies Amenazadas que gestiona la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) y curiosamente la mayoría de las especies nuevas que publicamos aquí acaban en esta lista. Forman parte de esta lista especies que habitan en España como el lince ibérico (Linux pardinus), el oso pardo (Ursus arctos) o el cuervo (Corvus corax).
Este organismo internacional analiza el riesgo de cada especie frente a la extinción y lo incluye o no en su Lista Roja, que a su vez tiene varias categorías dependiendo del peligro en el que se encuentre dicha especie.
Una lista para evaluar el estado de los ecosistemas
Al igual que existe esta lista para todos las especies del planta, la IUCN propone crear una Lista Roja de Ecosistemas en peligro con el objetivo de evaluar el peligro de los ecosistemas en estudio de sufrir un colapso, lo que implicaría la pérdida de sus características abióticas (los elementos no vivos) y bióticas (los elementos vivos) esenciales. El CSIC ha colaborado en el desarrollo de la metodología y los resultados han sido publicados en la revista PLoS ONE.
La metodología propone 5 criterios:
- La reducción en la distribución geográfica del ecosistema
- La reducción de su tamaño o área de ocupación
- La tasa de degradación ambiental abiótica
- La tasa de perturbaciones sobre los procesos bióticos
- La cuantificación del riesgo de colapso.
Asimismo, las categorías en las que se incluirá cada ecosistema son: no evaluado (NE), datos insuficientes (DD), de preocupación menor (LC), cerca de la amenaza (NT), vulnerable (VU), en peligro (EN), en peligro crítico (CR) y colapsado. Las categorías son las mismas que en la Lista Roja de Especies Amenazadas a excepción de la última categoría que cambia a “extinta”.
El investigador del Instituto Pirenaico de Ecología que ha participado en el proyecto, Francisco Comín, resume a la perfección con sus palabras para qué se ha creado y cómo se procede:
Este protocolo está pensado para ser aplicable en ecosistemas terrestres, subterráneos, acuáticos y de transición, así como para ambientes seminaturales y antropizados. El desafío científico de desarrollar un marco unificado de riesgo para ecosistemas es mayor que en el caso de las especies. Primero construimos un marco de conceptos genéricos y modelos derivados de diferentes teorías ecológicas y, en segundo lugar, propusimos los requisitos o mínimos para trasladar estos conceptos en estimaciones prácticas. El equipo ha decidido resaltar los riesgos sobre la biodiversidad como objetivo principal de la Lista Roja de Ecosistemas, ya que es el componente vital para ellos.