¿Quién iba a pensar que estos pequeños cefalópodos fueran venenosos? Estas clases de pulpos, pertenecientes al género Hapalochlaena spp., viven en el Océano Pacífico, desde Japón hasta Australia. Esa coloración tan única y especial nos está avisando de que es un animal peligroso. Como norma general, cualquier animal que tenga una coloración muy llamativa o a rayas nos indica que debemos tener cuidado con ellos (pensemos en abejas, serpientes marinas, nudibranquios, etc.) Los pulpos de anillos azules son un claro y bonito ejemplo de esta norma, en este caso nos están avisando de que son portadores de un fuerte veneno capaz de matar a una persona.
Un potente veneno gracias a una simbiosis bacteriana
Se conocen 10 especies de este tipo de pulpos, aunque algunas de ellas aún no han sido descritas y sólo se conocen por fotografías. Su tamaño no sobrepasa los 15 cm y contienen en su saliva un potente veneno llamado tetrodotoxina (el mismo tipo de veneno que podemos encontrar en el famoso “fugu”, una especie de pez globo). Esta sustancia actúa bloqueando las señales que van del cerebro a los músculos de contracción voluntaria, con lo que la presa queda totalmente paralizada pero consciente.
La razón de que estos pulpos tengan este potente veneno es debido a una simbiosis con una bacteria: la bacteria encuentra refugio en las glándulas salivales del animal y el pulpo recibe veneno para protegerse. Son las bacterias las “culpables” de ese color azul tan característico.
Si alguna vez habéis visto un pulpo o una sepia de cerca o para cocinarlo habréis podido ver que tienen un pico, como el que podemos ver en la fotografía de la derecha. Un picotazo de un pulpo pude ser bastante doloroso y así es como inoculan el veneno en sus víctimas.
Cuando el animal está relajado, los anillos azules se encuentran ocultos por unas bolsas de piel. Es justo antes de picar cuando esa piel se retira y se puede ver cómo los anillos azules iridiscentes “parpadean”. En este vídeo se puede ver el parpadeo pre-picotazo.
Pero no hay que alarmarse, ya que estos animales son tímidos y rehúyen de la gente. Los casos conocidos de picotazos ocurren porque los animales se ven arrinconados y tienen que defenderse. He leído que existen 3 casos documentados de muerte por picotazo de un pulpo de esta clase, probablemente por no haber recibido la atención adecuada.
Son animales peligrosos pero no atacan a la gente, así que podemos bucear tranquilos y, sobre todo, no debemos acercarnos mucho ni tocarlos.
Fuente: Science