Es tradición que tras la llegada del nuevo año, nos hagamos una lista de propósitos a cumplir en el año que llega. Desde dejar de fumar, ponerse en forma, estudiar más, echarse pareja… parece que de un día para otro, nuestra personalidad va a acomodar nuestros nuevos deseos.
Las preguntas que nos debemos hacer son, ¿estamos siendo nosotros? ¿estamos contentos con lo que somos? Por desgracia, muchas personas que se hacen esta pregunta la responden con un rotundo ‘No’, un ‘Estoy demasiado gordo’, o ‘No valgo para las relaciones’.
De lo que no somos conscientes, es que para muchas de estas propuestas, la solución está condicionada por el momento en el que la tomamos. En resumen, quizás año nuevo no sea el mejor momento para proponer cambios en nuestra vida, y aquí van las razones.
1. Bajar de peso
Sin duda la proposición más popular, incentivada por… (redobles) ¡Las cenas navideñas! Aunque no seamos conscientes de ello, las cenas navideñas y el exceso juegan un papel muy importante en la psicología de esta proposición. Cenas de las que hace poco hablamos, revelando que rondaban alrededor de las 3.000 kcal (el triple de una cena normal). El motivo es una amalgama de factores entre los que posiblemente, la epigenética juegue el papel más significativo, regulando la ansiedad, el hambre, y la saciedad.
Haciendo una visión global, tras la temporada que nos hemos pegado, ¿seguís creyendo que es un buen momento para proponerse perder peso? La idea no está mal, ni las ganas, pero si la proposición no es sólida, y ponemos de nuestra voluntad, lo más seguro es que fracasemos más por el contexto que por nosotros. Sumamos el clima, que reduce nuestras ganas para practicar un deporte.
En definitiva, debemos poner de nuestra parte, pero no esperar un cambio inmediato.
2. Echarse pareja
Parece que frío es sinónimo de pelis, manta, y pareja. Pero no, el invierno es sinónimo de trastornos afectivos estacionales, con la actuación especial de la no invitada depresión. La voluntad de echarse pareja, responde más a una cuestión de necesidad, nuestro organismo nos lo pide ¿Seremos más racionales y críticos a la hora de buscar pareja? Puede que sí, y puede que no, pero debemos considerar que el invierno nos puede jugar una mala pasada y acabemos hiriendo los sentimientos de alguien.
Que la primavera la sangre altera, no es ninguna mentira, pues es el momento en el cual la concentración de las hormonas sexuales de ambos géneros se disparan, propiciando una ocasión perfecta para encontrar a tu media naranja, o medio limón…
3. Dejar de fumar
Fiestas, reuniones familiares, alcohol, amigos. La receta perfecta para que excusemos el parón que iniciamos para dejar de fumar. El tabaco, la ansiedad y el estrés, conforman un círculo vicioso; fumamos para reducir ambos, cuándo realmente estamos haciéndolo para saciar el mono, que de otra forma, nos generaría estrés y ansiedad. Si tenemos esto en cuenta, y añadimos que es una época en la que nos enfrentamos a situaciones de estrés (preparando la cena de año nuevo, eligiendo los regalos…) parece inevitable la caída en el tabaco.
Una vez más, la primavera parece ser la solución, pues junto a ella aparece la temida temporada de alergias, que sin duda, nos quitarán las ganas de echarse un cigarrillo a la boca.
4. Estudiar más y organizarse en el trabajo
Aunque quizás el resto de proposiciones puedan no ser adecuadas en esta época, estudiar más u organizarse en el trabajo, parecen venir como guante al dedo a comienzos de año. Es importante comenzar con motivación tras unas jornadas festivas, entrenar la mente e hincar codos. La necesidad juega un papel importante, pues para los universitarios llegan los exámenes, y para los trabajadores llega la dura cuesta de enero.
Prepárate un calendario, organízate, y acomoda todas tus tareas para que sea más fácil cumplir tu propósito.
Sea tu decisión la que sea, os dejo aquí una guía para cumplir los propósitos que os hicisteis en año nuevo y que sin duda cumpliréis con esfuerzo y ganas.