Aprendiendo a leer la mente… de las moscas

¿Se imaginan poder leer la mente de una persona cuando duerme, o cuando miente, o cuando se encuentra evadida por completo? No, aunque la ciencia crece a un ritmo desenfrenado todavía no podemos pillar ‘con las neuronas en la masa’ a un delincuente que da una versión falsa de los hechos o la infidelidad de una pareja. Sin embargo, permítanse soñar.

¿En qué piensan las moscas?

Un estudio reciente, llevado a cabo neurocientíficos de la Universidad de Northwestern, ha hecho posible la lectura de la mente de las moscas. Los detalles de esta investigación fueron publicados el día 4 de este mes en Nature Communications.

El estudio se centró en los sistemas sensitivos de varias moscas de la fruta, y se usaron moléculas fluorescentes de diferentes colores que tenían como función etiquetar neuronas en el cerebro de modo que se pudiese ver qué conexiones entre neuronas se mantenían activas durante una experiencia sensitiva. Así, el etiquetado de neuronas con fluorescencia permitió identificar sinapsis (comunicación entre neuronas) individuales que estuvieron activas durante un comportamiento relativamente complejo.

De este modo, al poder leer las señales fluorescentes, los investigadores pudieron observar si las moscas habían sentido calor o frío o si, al ser presentadas ante un plátano, se habían activado conexiones neuronales en el sistema olfativo. Estas conexiones, dando un paso más allá, fueron diferentes de aquellas activadas cuando la mosca olió jazmín.

Diferentes colores para identificar diferentes pensamientos

A modo de curiosidad, destacaremos que, los investigadores, para crear las etiquetas, separaron en dos mitades las moléculas fluorescentes con la idea de localizar una mitad en la molécula pre-sináptica (la que habla) y otra en la post-sináptica (la que escucha), de modo que sólo si las neuronas se comunicaban se produciría fluorescencia.

En definitiva, los investigadores estudiaron la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster), que es un buen modelo animal para aprender sobre el cerebro y cómo se producen las comunicaciones neuronales en él, para probar su nuevo método de ingeniería de moléculas fluorescentes, aplicándolo a las conexiones neuronales de los sistemas sensitivos más prominentes de las moscas de la fruta: el sentido del olfato, el sofisticado sistema visual y el sistema termosensitivo.

Concluiremos de la mano de Marco Gallio, el investigador que lideró el estudio:

“Gran parte de la computación cerebral sucede a nivel de sinapsis, donde las neuronas se hablan, se comunican entre sí. Nuestra técnica nos da una nueva visión, una oportunidad para ver qué neuronas están transmitiéndose información durante un comportamiento concreto o una experiencia sensorial.”

Fuente: Nature

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