Este mes de mayo se estrena un cortometraje que en realidad es un proyecto para explorar un fenómeno extraño y espeluznante que puede ocurrir durante las noches, cuando dormimos. Carla MacKinnon, la impulsora del mismo, decidió llevarlo a cabo cuando decidió investigar por qué se despertaba varias veces a la semana, sin poder moverse, con el sentido de que una presencia inquietante la acompañaba en su habitación. El proyecto, avalado por el Wellcome Trust y el Royal College of Arts de Londres, analiza los entresijos de la misteriosa parálisis del sueño.
Terroríficas noches en vela…
La parálisis del sueño ocurre cuando al dormir, mientras los músculos permanecen en un estado de relajación que les impide moverse, recuperamos la conciencia. La experiencia puede ser bastante aterradora; muchas personas tienen alucinaciones y pueden llegar a sentir una presencia malévola cercana.
Es una afección que puede ser más habitual de lo que se cree: las encuestas indican que más de la mitad de la población ha sufrido al menos un ataque de parálisis del sueño en su vida. En un metaanálisis de 2011, Sharpless y Barber combinaron más de 30 estudios sobre la prevalencia de la parálisis del sueño en una variedad de culturas y grupos (entre todos sumaron muestra de más de 36.000 personas). Llegaron a la conclusión de que en torno al 8% de las personas experimentan parálisis del sueño, hasta alrededor del 28% en los grupos de alto riesgo (aquellos con un patrón de sueño interrumpido) y hasta un 34% en aquellos que sufren trastornos psiquiátricos como ansiedad y depresión.
La mayoría de las veces los afectados no tendrán que buscar atención médica, a menos que la parálisis aumente en frecuencia o duración. Aun así, no suele ser una condición grave, y rara vez se asocia con algunas enfermedades más complicadas. Eso sí, la parálisis del sueño se ha relacionado con trastornos habituales tales como migrañas, ansiedad o narcolepsia.
La parálisis del sueño se observa mayoritariamente en los momentos en que el individuo está despertándose, quedándose dormido o comenzando la fase REM del sueño. Aunque no hay una evidencia científica completa, es probable que la probabilidad de sufrir estos episodios aumente cuando estamos durmiendo en lugares desconocidos un tanto lúgubres, o cuando tenemos demasiado calor o demasiado frío. También se han asociado los episodios a personas con insomnio o trabajadores en horarios nocturnos. Otros factores de riesgo incluyen acontecimientos traumáticos, ansiedad y depresión.
Los síntomas
En el libro Sleep Paralysis: Night-Mares, Nocebos, and the Mind-Body Connection, Shelley Adler cubre de forma completa los síntomas asociados a esta afección (se resumen también en la página del proyecto de MacKinnon).
1. Estar despierto: los episodios se experimentan de forma consciente, no como un sueño.
2. Percepción realista del entorno
3. Incapacidad para moverse: a veces, esta parálisis se atribuye a una fuerza externa.
4. Miedo abrumador y temor que pueden acompañar la experiencia.
5. Sentir una presencia malévola en la habitación. Puede verse o sencillamente “sentirse”.
6. Presión en el pecho, que puede sentirse de forma natural o como resultado de una fuerza externa.
7. Dificultad para respirar
8. Posición supina: la mayoría de los ataques de parálisis del sueño ocurren mientras la persona está acostada sobre su espalda, aunque los estudios han demostrado que por lo general la gente tiende a no dormir en esta posición.
9. Sensaciones inusuales adicionales
Además de las alucinaciones visuales, los episodios de parálisis del sueño pueden acompañarse de alucinaciones auditivas, olfativas y/o de naturaleza física. Entre las más habituales se incluyen la apertura de puertas, el gruñido de animales, pasos que se acercan, arañazos, acufenos, susurros malignos, olores a carne podrida y sensación de muerte, decadencia…
Episodios controlados de parálisis del sueño
Según la página web del proyecto, probablemente el mejor consejo que se puede dar para tratar la afección es intentar adoptar un patrón de sueño regular, con horarios estrictos para irse a la cama y despertarse. Asimismo, deberían evitarse el alcohol y la cafeína antes de ir a dormir.
Si los ataques de parálisis del sueño no pueden prevenirse, es posible desarrollar algunas estrategias, aunque su eficacia no se ha probado de manera sistemática para todo el mundo. Entre estas estrategias se incluye concentrarse intensamente en mover un músculo pequeño, como un dedo, lo que puede romper la parálisis y acabar con el ataque. Otra manera efectiva puede ser tratar de desvincularse del ataque en lugar de dejarse sumergir en éste, mediante la adopción de una posición como tercera persona y tratando de observarse de la manera más objetiva posible. Tratar de mantener la calma es otra posible estrategia: se ha sugerido que el recuerdo y la comprensión de lo que está sucediendo, tratando de relajarse y respirar normalmente, puede reducir la duración y la intensidad de un ataque. MacKinnon, para llevar a cabo su proyecto, ha sido capaz de controlar sus parálisis de sueño, o al menos ha aprendido a calmarse durante las mismas.
Una enfermedad como esta da mucho juego, sobre todo en el ámbito de la paraciencia y del cine. Ha sido llevada a la gran pantalla en películas como Sueño sin retorno, en la que Haylie Duff interpreta a una joven estudiante de psicología que trata de dar con un tratamiento para esta afección. También forma parte de mitos y leyendas en todo el mundo, relacionadas con espíritus y demonios masculinos y femeninos. El proyecto cuenta con un corto, acontecimientos en vivo y un recurso en línea para obtener información sobre la afección parálisis del sueño. A lo largo del 2013, el sitio web se actualizará con investigaciones actualizadas, así como con enlaces a otros estudios y recursos para entender y gestionar la experiencia.
Fuentes: www.thesleepparalysisproject.org y Mother Nature Network
Imagen: © Rachel King / Carla MacKinnon | model: Harriet Fleuriot