Si ahora mismo, a bote pronto, nos hicieran un examen de conocimiento del medio (las antiguas ciencias naturales para otros, entre los que me incluyo), y nos pidieran que citáramos el nombre de gases de efecto invernadero, el primero que nos vendría a la cabeza sería el dióxido de carbono.
Si a continuación pensáramos en otro gas, nos puede venir a la mente los CFCs (cloro – fluoro – carbonos, de origen artificial) que los que tenemos algunos años hemos visto en algún momento en el bote de laca que nuestros padres (o nosotros) utilizábamos. Estos CFCs han sido sustituidos por los HFC (hidro – fluoro – carbonos) y los HCFC (hidro – cloro – fluoro – carbonos) mucho menos dañinos para la capa de ozono, pero que contribuyen al efecto invernadero.
En este hipotético examen, no se nos pasaría por la mente, de inicio el óxido nitroso, pero la realidad es, como afirman en un estudio de la Universidad de Tennessee, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, que dicho gas es 300 veces más potente que el dióxido de carbono, y además destruye la capa de ozono. Con esta breve información, queda demostrado que el comúnmente llamado gas de la risa, no tiene ninguna gracia ambientalmente hablando.
¿De dónde procede este gas?
Este óxido procede de varias fuentes, como son la emisión de combustibles fósiles, el tratamiento de aguas residuales y la acción de fertilizantes nitrogenados utilizados en agricultura.
¿Se puede eliminar?
Se conoce desde hace mucho tiempo por la comunidad científica, que hay bacterias desnitrificantes, que transforman el óxido nitroso en nitrógeno en forma de gas, que es inocuo.
Loeffer (investigador principal del estudio) y su equipo, de la Universidad de Tennessee, han descubierto ahora que la capacidad de transformar este óxido en nitrógeno, también existe en muchos otros grupos de microorganismos (fundamentalmente encontrados en suelos y sedimentos) que consumen óxido nitroso y que pueden potencialmente mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Descubrieron enzimas de dichos microorganismos que catalizan (aceleran) la conversión del óxido nitroso en gas nitrógeno. Según Loeffler:
“Esto nos permitirá describir y predecir mejor las consecuencias de las actividades humanas en la destrucción de la capa de ozono y en el calentamiento global. Nuestros resultados implican que el análisis de las típicas poblaciones desnitrificantes proveen un cuadro incompleto e insuficiente para predecir con precisión las emisiones verdaderas del óxido nitroso”
¿Parche o cura?
Los microorganismos nos pueden echar una mano en la lucha contra el cambio climático, pero no servirá de nada si el ser humano no deja de emitir gases de efecto invernadero a la atmósfera.
A la par que se continúa investigando en la lucha contra el cambio climático, hay que cambiar el modelo de pensar (individual y colectivo) y centrarse en la primera R, de la regla de las 4 R (reducir, reutilizar, reciclar y recuperar).
Sería muy negligente el pensar que los hallazgos que se realicen por la ciencia, sirven de excusa (paliativa), para no cambiar el modelo socialeconómico consumista en el que nos encontramos.
Fuente: PNAS
Imagen: Duiops.