He aquí un gran dilema. Seguro que mucha gente interesada en llevar una alimentación saludable se lo ha preguntado alguna vez. Vamos a tratar de encontrar una respuesta en estas líneas.
Breve introducción
Por un lado la bebida de la soja (erróneamente llamada muchas veces leche de soja) se ha convertido en una bebida popular en nuestra sociedad, en gran medida debido al impacto televisivo que ha asociado su consumo con la salud y el bienestar. Aunque ciertamente, ahora parecen habernos dejado de bombardear con anuncios de productos de soja (en los cuales, curiosamente, siempre salían palabras fuertemente asociadas a connotaciones positivas como “natural”, “vegetal”, “digerible”…) para que ese boom “publimanipulativo” se lo lleven las leches sin lactosa (personalmente, en ocasiones me parece percibir que la lactosa, juntamente con el gluten, son el mal en persona para todo el mundo).
Por otro lado, la leche de vaca es un alimento más asentado en el mercado. Podemos encontrarla entera, semi o desnatada. Con calcio, con nueces, con EPA y DHA, sin lactosa… Sin embargo, para no acabar haciendo de esta entrada una crítica personal al mundo publicitario y al marketing, nos centraremos en la leche de vaca “normal”. Más concretamente en la semidesnatada ya que, nutricionalmente, es la más similar a la bebida de soja.
Bebida de soja:
Este alimento consiste en un “preparado con habas de soja secas remojadas en agua y transformadas en puré, hervidas y colado el líquido”, o en “preparados con harina de soja, concentrado de soja, aislado de soja”, según el Codex Alimentario. Sin embargo, es común adicionarle otros ingredientes para hacerla más parecida a la leche de vaca (se añade calcio y quizás vitaminas A y D) y para mejorarle su palatabilidad o sabor (se añade azúcar, aromas, espesantes y otros aditivos). Nutricionalmente y aunque depende de la marca comercial, la bebida de soja aporta unas 40 kcal por cada 100 ml, alrededor de 3g de proteína, una media de 2 g de grasa (poliinsaturada en su mayoría) y entre 3-4 g de carbohidratos con la particularidad de no contener lactosa. Esta última característica se vende como una ventaja, pero la ventaja es únicamente para los intolerantes a la lactosa. Aquellas personas que hayan tomado leche de vaca sin problemas, pasar a tomar bebida de soja no les supondrá un plus de digestibilidad.
Como aspectos positivos destacan el mejor perfil lipídico de su grasa, respecto al perfil de la grasa de la leche, ya que contiene menos ácidos grasos saturados. Su carencia en lactosa sólo puede ser considerado como aspecto positivo para las personas que le tengan intolerancia. Igualmente, aquellas personas con alergia a las proteínas de vaca pueden beneficiarse del consumo de esta bebida. Por lo que respecta a su coste, lo encontramos como la principal desventaja, ya que el precio de bebida de soja se encuentra muy por encima del de la leche de vaca. De media más del doble, pues el litro suele rondar el 1,20€.
Leche de vaca:
Es el líquido nutritivo procedente de las ubres de las vacas. Las empresas la comercializan con toda su grasa (entera), parcialmente desgrasada (semidesnatada) o totalmente desgrasada (desnatada). Su composición y por tanto su interés nutricional varían dependiendo de si hay proceso de desnatado o no. La leche entera aporta alrededor de 3g de grasa, la semidesnatada entre 1 y 1,5g y la desnatada prácticamente nada (0,2-0,3g) por cada 100 ml. Por composición nutricional, la semidesnatada es la más similar a la bebida de soja y tiene la ventaja de que no es preciso adicionarle calcio ya que lo contiene naturalmente y tampoco se le añaden aditivos, aromas ni azúcar puesto que su sabor suele ser bien tolerado. Además, el precio del litro de leche de vaca ronda los 0,55€ en las marcas blancas y los 0,75€ en las principales marcas. Ante este aspecto, no puedo evitar mencionaros el estudio que realizó la OCU sobre la calidad de la leche de las diferentes marcas.
Como aspectos negativos destaca su peor perfil lipídico (aunque no sería tal si optáramos por leche desnatada) y para aquellos intolerantes a la lactosa, la presencia de este disacárido.
Conclusión:
Si se es una persona sana, sin problemas digestivos, mi opinión al respecto es que la opción más interesante es la leche de vaca y si la escogemos desnatada, mejor todavía. No veo necesario tener que gastarse el doble de dinero en la bebida de soja, porque “se digiere mejor” (si la leche no nos causa problemas digestivos, lo más seguro es que tomar bebida de soja no nos suponga una ventaja extra) o por sus “proteínas vegetales” (¿qué tienen de mejor si no se les tiene alergia a las de vaca? “Aquí podría citar varios aspectos pero se haría demasiado denso el artículo”)
En cambio, ante diversas situaciones como si se es intolerante a la lactosa, si se tiene alergia a las proteínas de la leche de vaca o si se padecen problemas de colon irritable o enfermedad de Crohn sí que es aconsejable evitar la leche de vaca y sus derivados. En este caso y ante esta comparativa la mejor opción es la bebida de soja (aunque también existen otras bebidas alternativas como de avena, de nueces, de arroz… )
Imagen| vanitatis/ canigivemybaby