Según una nueva investigación, la aplicación de Botox parece reducir los síntomas de la depresión en algunos pacientes, posiblemente debido a que inhibe el ceño fruncido. (Aunque suene a broma, no lo és )
Investigaciones anteriores han demostrado que expresar físicamente una primera emoción puede desencadenar sentimientos posteriores y que las personas que se ríen o sonríen con regularidad puede mejorar su estado de ánimo.
Los estudios también han demostrado que las personas encuentran los chistes más divertidos cuando un lápiz se coloca entre los dientes longitudinalmente, lo que obliga a una sonrisa, que cuando se mantiene apuntando hacia el exterior, que no lo hace.
Este es el segundo estudio que compara Botox con el placebo. Aunque los resultados aún no han sido revisados lo suficiente para su publicación en una revista científica, los hallazgos sugieren que pueden ser prometedores.
El estudio incluyó 84 participantes con depresión severa que había persistido una media de dos años y no habían respondido completamente a la medicación antidepresiva. Los pacientes fueron seleccionados al azar para recibir tratamiento con Botox para suavizar las líneas de expresión o una inyección de placebo en la misma región facial, y se evaluaron tres y seis semanas después.
Al final del estudio, alrededor del 27 por ciento de los que recibieron Botox informaron de la remisión casi completa de su depresión, en comparación con sólo 7 por ciento de los que recibieron placebo.
“Este ensayo muestra que la inhibición de fruncir el ceño puede dar lugar a la remisión de la depresión”, dijo el doctor Eric Finzi, director médico del Centro de Estética Chevy Chase en Maryland.
También existe la posibilidad de que el Botox afecte a la depresión de una forma más biológica, tal como a través del sistema inmune, que puede ser alterado durante la depresión. Pero Finzi señaló que otros estudios con mayores dosis de Botox no han demostrado importantes efectos sistémicos, lo que le llevó a creer que su principal ventaja puede estar en ayudar a la gente a verse a sí mismos “más felices”.
Dado que ha habido una investigación mínima, es demasiado pronto para sugerir que el Botox podría ser el próximo Prozac. Sin embargo, los resultados sugieren una interesante conexión mente-cuerpo que podría arrojar luz sobre nuevas maneras de aliviar los síntomas de la depresión.
Fuentes: Psych Central